Desafortunadamente fue el protagonista de la derrota del Real Avilés ante el Tuilla (1-4). El portero Guille Lara se estrenaba en las filas blanquiazules y su debut, no pudo ser más amargo. Dos de los tantos del equipo arlequinado pusieron los focos sobre el gaditano que, asume "dos errores técnicos", de los que piensa levantarse con más fuerza de cara a los próximos partidos. "No me voy a calentar la cabeza, sé el portero que fui, sé el portero que soy y lo voy a demostrar en el Real Avilés", afirmaba con claridad en la tarde de ayer, donde concretaba que "sé que no es lo habitual en mí y no va a volver a pasar".
Las horas posteriores al encuentro no fueron las mejores para el gaditano, que analizó las dos acciones. La primera, en el minuto 43, tras sacar de portería a Félix. El central le devolvió el balón y un mal control acabó con el balón en la línea de gol para que lo remachase Nacho Méndez. "Puedes controlar mal, porque le puede pasar a cualquier jugador o a un portero, pero el error más grave es la decisión de sacar en corto cuando nos estaban presionando", analiza con sinceridad.
El segundo fallo, que supuso el 1-2 para el Tuilla, llegó tras un palmeo para rechazar el disparo de Álvaro Pozo. El balón se quedó muerto, apenas botó y Borja lo aprovechó. "Viene un poco por la inactividad que he tenido, llevo ocho meses sin jugar y solo he tenido cuatro entrenamientos, fue un momento en el que la cabeza funcionó más rápido que el cuerpo; es un error técnico", asegura Guille Lara. El gaditano, de 23 años y que cuenta con 45 partidos disputados en Segunda División B, admite que no es de hacer borrón y cuenta nueva ya que entiende que "no hay que olvidarlo, hay que aprender de ello porque no me puede volver a pasar".
El mayor resquemor interior con el que se encuentra el guardián de la portería realavilesina va más allá del aspecto personal ya que "uno le da vueltas porque llegas al vestuario y al mirar a la gente te sientes responsable porque el equipo tuvo partes del partido en el que empató y cuando mejor estábamos tuve ese error de nuevo que fue un mazazo". Sus fallos fueron más llamativos debido a la posición que defiende y en la que el margen de error es mínimo a la hora de evitar un gol. Lara sabe que son gajes del oficio y que, además, se dio en el día de su debut en el que todas las miradas estaban puestas en su figura además de la de los también debutantes Joao da Silva y Carlos Inglada. Lo que saca en firme es que "no puede volverme a pasar, debo de estar más concentrado y después de ocho meses sin jugar, al final me puede venir hasta bien para encontrarme la realidad de frente".
"Fuerte mentalmente"
Tras quedarse sin equipo durante el pasado verano, en busca de una oferta de fuera de España, Guille Lara tuvo que vivir la cara menos agradable del fútbol entrenándose a la sombra en solitario. Su llegada al Real Avilés le han abierto las puertas de la ilusión por reencontrarse con su mejor versión, la cual no tiene dudas de que alcanzará con el paso de los entrenamientos y los minutos de juego. "Me considero un futbolista fuerte mentalmente, pero tal vez no estaba preparado psicológicamente al cien por cien para jugar, pero cogeré pronto esa chispa y confianza, estos fallos no me van a afectar para nada", confirma.
El club y sus compañeros también le han mostrado su apoyo, depositando en el gaditano su confianza de cara a los próximos partidos. Cabe recordar que Guille Lara es el único portero en activo con el que cuenta la primera plantilla blanquiazul ya que Nahum Pedre tiene por delante seis semanas en el dique seco hasta regresar a los terrenos de juego. A pesar del inesperado debut, Lara ya piensa en la final del domingo ante el San Martín donde quiere "demostrar a lo que he venido aquí".
