El próximo lunes se cumplirán 100 días desde que el Sporting anunció el fichaje de Djukic. Fue el domingo 22 de diciembre, un día después de perder el Sporting ante el Extremadura en casa, en un partido en el que El Molinón estalló, porque sucedió la derrota unos días del fracaso de caer eliminados en Zamora en Copa del Rey ante un equipo de Tercera. Su fichaje se produjo dos días antes de Nochebuena, y el sábado 28 de diciembre fue presentado. Al día siguiente tomó el mando del primer equipo por primera vez en un entrenamiento, y su debut, por culpa de un brote gripal en el vestuario se alargó al 7 de enero, en vez del 3 como estaba previsto. Ahora, con un nuevo virus alterando la competición, aunque en esta manera de forma más extrema, Djukic cumplirá en compás de espera su centenario de días en el Sporting, y en su mejor momento desde que llegó al banquillo.
Solo tres equipos han conseguido más puntos que los rojiblancos, contando el periodo que lleva Djukic en el banquillo. El equipo ha mejorado sus registros goleadores, una de las losas del principio de la competición, y mantiene la firmeza defensiva como punto clave para su crecimiento. El debe son los partidos fuera, donde solo el triunfo en El Sardinero maquilla las derrotas en Zaragoza, Soria y Ponferrada, tras permanecer invicto en El Molinón.
Djukic, que aterrizó en Gijón firmando hasta final de temporada, para poder renovar en función de objetivos, observa ahora con calma el parón, cuando su equipo se acercaba a una idea que le agradaba, y con los rojiblancos acortando distancias con el play-off. Pero el camino hasta llegar al momento actual no fue fácil.
El cambio de discurso fue protagonista en el serbio, que llegó con un discurso muy ambicioso. "El objetivo que nos marcamos es subir a Primera. Quiero un Sporting que vaya a por la victoria desde el primer minuto", comentó a su llegada. Pero los resultados no fueron los esperados al comienzo, y cambió el plan a finales de enero: "Estamos a ocho puntos de subir y cuatro de bajar, no podemos lanzar ahora el objetivo del ascenso". Ese momento, en el que el equipo coqueteó incluso con el descenso, fue al final un punto de inflexión para recuperarse. Y uno de los momentos en los que Djukic demostró que no se iba a atar con nadie. Tras perder en su debut en Zaragoza le dio la alternativa al canterano a Bogdan y lanzó un mensaje: "Moriré con los del filial si el primer equipo no da intensidad".
Aunque al lateral solo le unió Gragera desde el segundo equipo en el último partido de Liga y no fue tan contundente, el técnico serbio ha dejado algunos momentos como sello propio en sus ruedas de prensa hasta la fecha. "Supimos bajar a la mina a trabajar, ahora no hay que relajarse", resaltó tras experimentar una mejoría el equipo, cuando se llegó a poner a solo dos puntos del play-off.
Este domingo debería celebrarse el derbi, y el lunes, en la resaca, poner en la balanza los trece partidos de Djukic en Gijón, y si su llegada había cumplido con las expectativas que se habían marcado. Pero el coronavirus provoca que deba vivir desde el parón de actividad sus primeros cien días en el Sporting.
El serbio, en contacto permanente con su cuerpo técnico y la plantilla, sigue a la espera de ver la evolución de la pandemia, y trabajando en la distancia hasta que se pueda retomar la normalidad en Mareo.
