Apenas medio asalto duró el combate. Pasaban los dos minutos del primer asalto y el asturiano Joel "El Fenómeno" Álvarez sometía a Joe Duffy con una guillotina que le vale para seguir haciendo historia en las artes marciales mixtas (MMA) españolas y conseguir su segunda victoria en la división más importante del mundo, la UFC.

El peleador gijonés llama a la puerta para una larga estancia en el trasatlántico mundial de los deportes de combate y, de paso, hace ruido para empezar a tener presencia más importantes en los carteles de las veladas. Ayer combatió en los preliminares de la UFC Fight Island, un complejo deportivo levantado en la isla de Yas (Abu Dhabi) para que la maquinaria de la UFC siga funcionando en tiempos de coronavirus. Sin público en directo, millones de personas pudieron ver a través de televisión e internet la incontestable victoria del peleador del Polígono de Pumarín.

El Fenómeno, ya en su tercer combate en UFC tras la derrota por los puntos contra Ismagulov y su victoria por KO técnico contra Belluardo, no rehuyó la pelea desde los primeros compases. Duffy, poco amigo de contemporizar, buscó el intercambio de golpes de pie y Álvarez aceptó la invitación. Se sucedieron buenas series de puñetazos y pateo por parte y parte. Y mucha patada baja: el gijonés quería castigar las extremidades inferiores del veterano irlandés, uno de los pocos que pueden presumir en su currículum de haber vencido a su compatriota Conor McGregor.

Fue Duffy el primero que quiso llevar la pelea al suelo. Gran error. Consiguió derribar a El Fenómeno, sí. Pero éste se valió de su mayor envergadura y longitud para rodear el cuello de su oponente. Y lo hizo desde abajo, una posición de teórica desventaja. Apretó su guillotina Álvarez y no tardó el irlandés en dar las palmadas de rendición. "He llegado para quedarme", dijo el gijonés al acabar el combate. Y méritos ya tiene para un hueco de enjundia en una categoría de peso ligero plagada de megaestrellas de las MMA.