Tanto se echaba de menos por aquí el autobús del Pontevedra que quien haya nacido en la misma fecha de su anterior estacionamiento en los alrededores del Román Suárez Puerta (día de la Hispanidad de 2003) ya es mayor de edad. Fueron 18 años, y dos meses, los transcurridos desde entonces.
Aquella visita pasaba por ser la única en la que el vigente Real Avilés se mostraba incapaz de sumar ante el conjunto pontevedrés. Así, la de este domingo pasa a ser la segunda y, pese a la contundencia del 0-3, todavía se puede decir que, si hay un lugar donde el portador del célebre lema, “Hai que roelo”, fue más roído de la cuenta, es el templo del fútbol avilesino, tanto en los tiempos del desaparecido Real Avilés –sólo conseguía ganar una vez, en la visita de septiembre de 1973– como en la era post fusión, durante la que únicamente triunfó en dos partidos, precisamente los dos últimos. Y oportunidades tuvo para ello, pues el Pontevedra ya es el adversario no asturiano que más se repite (29 partidos oficiales) en el devenir del actual Real Avilés.
Que la cifra no sea demasiado elevada tiene lógica explicación: el hundimiento del club blanquiazul se comenzó a gestar en el comienzo de siglo, hasta el punto de que, de las 22 temporadas disputadas desde entonces, tan solo en 6 disputó partidos al otro lado de las fronteras astures. De esta manera, y a día de hoy, no es de extrañar que los 10 rivales más habituales para el Real Avilés sigan siendo de Asturias; en el decimoprimer puesto aparece el Pontevedra.
El legendario “Hai que roelo”, que ya superó el medio siglo de existencia, alcanzó su máxima expresión cuando el Pontevedra se instalaba como líder de Primera División en la tarde del 10 de octubre de 1965, tras un gol del charro Neme Martín, ex técnico blanquiazul. En su plantel destacaban figuras relacionadas con el fútbol avilesino, como Pepe Vallejo, que ejerció de jugador y entrenador en el Suárez Puerta; José Ramón Fuertes, también técnico blanquiazul; o el castrillonense, de Arnao, José Jorge Martínez, además del citado Neme.
Para muchos aficionados de la ciudad del Lérez, el aforismo que hizo célebre al hueso granate ya está trasnochado, demasiado roído, pero, desde luego, por lo visto el domingo, sigue teniendo su vigencia, aunque el equipo pulule ahora por el nivel 4, tres por debajo de aquel de 1965.
