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Luis Morán | Acaba de anunciar su retirada del fútbol

“Me voy orgulloso porque casi siempre cumplí los objetivos”

“Espere que los nuevos propietarios lleven al Sporting donde se merece”

Arriba, Luis Morán celebra un gol al Valencia en la temporada 2008-09. A la izquierda con Manuel Preciado en un entrenamiento. Abajo, con Guaya tras marcar su último gol en Navalcarnero. | LOF / Área 11

Después de 18 temporadas, Luis Morán Sánchez (Luanco, 26 de julio de 1987) decidió abandonar el fútbol. Lo hizo con el regusto del gol que permitió al Marino continuar una temporada más en Segunda RFEF. Marcó pocos durante su etapa profesional (12 con el Sporting y dos con el Mirandés) pero casi todos inolvidables. Porque uno aseguró el ascenso del Sporting en la temporada 2007-08, otro certificó la permanencia un año después y su único doblete, con el Mirandés, fue precisamente al Sporting. Se lo dedicó a Manolo Preciado, el entrenador que cambió su carrera.

“Me voy orgulloso porque casi siempre cumplí los objetivos”

–¿Es una decisión definitiva?

–Nunca digas nunca jamás, pero este año tengo que acabar el curso de técnico de Farmacia y los horarios me coinciden con los entrenamientos del Marino. Tuve ofertas de equipos de Tercera, pero no podía tener mejor final de mi carrera, meter el gol en el último minuto para salvar al equipo de mi pueblo. Son 18 temporadas y he jugado en todas las categorías. Este año se me hizo muy complicado compaginar las dos cosas. Como acabó todo tan bien hablé con la familia y tomé la decisión.

“Me voy orgulloso porque casi siempre cumplí los objetivos”

–¿Cómo recuerda ese último gol en Navalcarnero?

–Ese día, en el desayuno les dije a Lora y a Nino que iba a pasar algo especial. Cuando tiré al larguero pude echarme las manos a la cabeza y desentenderme, pero recuperamos el balón me dije: tengo que jugármela otra vez. Tenía que cumplir mi palabra. Salió bien y todos felices porque mis amigos y mi familia estaban en la grada.

–Fue una constante de su carrera: pocos goles, pero inolvidables, sobre todo con el Sporting al Eibar y Recreativo.

–Sí, además esos dos fueron muy parecidos al de Navalcarnero. Era una jugada para centrar, pero yo era el veterano y tenía que jugármela.

–En categorías inferiores sí era un goleador.

–Sí, pero jugaba de delantero. Con la selección asturiana cadete metí un montón de goles, por lo que me llamaron de la selección española. Cuando me pasaron a la banda el rol fue diferente, ya no tenía tantas ocasiones y había que aprovecharlas.

–¿Qué entrenador le pasó a la banda?

–Preciado es el que lo confirma, pero el año anterior ya jugaba ahí en el filial con Pepe Acebal porque había llegado Carlos Álvarez. Seguí haciendo goles, a Preciado le gustó la temporada que hice y me siguió poniendo en la banda derecha.

–¿Vio que ahí tenía más posibilidades de jugar?

–Claro, arriba estaban Barral y Bilic. Hay que ser inteligentes y ver donde tienes más posibilidades. No tuve una queja, ni una mala cara, y al final pude hacer carrera muchos ahí.

–¿Le dolió su salida del Sporting en 2012?

–En mi última temporada jugaba poco y me fui cedido a Chipre. Después hice la pretemporada, pero ellos tenían la decisión tomada. Llegamos a un acuerdo y rescindí. No quiero darles más vueltas.

–Se va al Mirandés y marca su único doblete al Sporting.

–Coincidió con el cumpleaños de Preciado y quería marcar para dedicárselo. Era el último partido de Liga y el Sporting no se jugaba nada. No les hizo daño.

–¿Cómo valora las experiencias en Chipre y Grecia?

–Son países especiales. En el Olympiakos Volou nos decían: si no ganáis, no cobráis. Con el Ermis de Chipre gané la Supercopa contra el Apoel, mi único título profesional, aunque los ascensos los cuento como títulos. Volví a Chipre, al Othellos, y después para casa porque ya estaba bien de aventuras.

–Hasta que le llama el presidente del Marino.

–Luis Gallego me dijo que hiciera la pretemporada y si a finales de agosto no me salía nada, me hacía ficha. No me importó jugar en Tercera porque era el Marino. De hecho, si ahora hubiéramos bajado seguramente seguiría.

–Ha vivido emociones fuertes.

–Sí, el ascenso en Sestao fue tremendo. Después sufrimos mucho las permanencias. Eso pasa factura y yo, al ser de Luanco, me exigía más. Al principio de año nadie daba un duro por nosotros y el Marinín siempre lo conseguía.

–¿Cuál es su balance?

–Jugué en todas las categorías del fútbol español. En Chipre gané un título. Tuve muy buenas experiencias y casi siempre cumpliendo los objetivos Así que orgulloso.

–¿Algún plan de futuro en el fútbol?

–Voy a sacar el título de entrenador nivel 3. Aparte de Preciado, tuve entrenadores muy buenos en las categorías inferiores del Sporting, como Emilio de Dios y Alejandro Menéndez. Quiero coger lo mejor de cada uno y aplicarlo.

–¿Cómo ve al Sporting?

–Creo que era el momento del cambio, después de un año tan malo. Las mismas caras durante mucho tiempo cansan. El Sporting es un histórico y tiene que estar arriba. Esperemos que los nuevos propietarios lleven al club donde se merecen. El Sporting tiene que estar en Primera.

–¿Cree que le picará el gusanillo en septiembre?

–Seguro que sí. Llevo desde los 3 años jugando al fútbol, toda la vida. No creo que se me quiten las ganas de la noche a la mañana.

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