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Daniel Estébanez, el medallista de oro en el Europeo juvenil de piragüismo que quiere ser bombero

"Saúl Craviotto hay uno, y hasta él tiene otro trabajo", subraya el palista gijonés del Grupo Covadonga

Daniel Estébanez posa con su medalla en las instalaciones del Grupo Covadonga. ANGEL GONZALEZ

La temporada no empezó con buen pie para Daniel Estébanez, al que un contagio de mononucleosis en el mes de marzo le puso cuesta arriba la clasificación para las distintas pruebas internacionales. Sin embargo, para su propia sorpresa, se repuso de forma extraordinaria hasta terminar alcanzando, junto al sevillano Jesús Machado, el título europeo junior.

Estébanez, de 18 años, se define como "mitad gijonés, mitad maliayo" y lleva desde los seis años entrenando y compitiendo en piragüismo, deporte que conoció gracias a un cursillo en el colegio, antes de pasar a entrenar en el Grupo Covadonga. Hace dos años se trasladó al Centro de Tecnificación de Trasona, donde sigue un régimen de entrenamiento estricto y comparte instalaciones con otras figuras de este deporte como Saúl Craviotto. Su siguiente meta es el mundial del mes de septiembre. Aunque apenas acaba de llegar tras su éxito continental, el joven piragüista ya se vuelve a entrenar en Trasona, donde ayer sus compañeros le dieron una bienvenida especial, con un pasillo a modo de homenaje por su logro.

"Me gustaría sacarme la oposición de bombero, como mi padre, es mi sueño", indica Estébanez, que luce la medalla de oro recién conseguida. Además de ser un gran deportista, el joven no ha renunciado a sus estudios, y este mismo año superó la EBAU "con buenas notas". "En el centro de tecnificación de Trasona nos ofrecen clases de apoyo y nos ayudan a compaginar los exámenes con los entrenamientos", explica.

El piragüista comenta también que, a esta edad, muchos compañeros deciden abandonar la práctica del piragüismo, pues no es una disciplina que permita ganarse la vida: "Saúl Craviotto hay uno, y hasta él tiene otro trabajo", reconoce, para añadir: "Hay pocas becas y económicamente no se puede vivir del piragüismo".

Para él, lo más difícil de ser un deportista de alto rendimiento es tener que vivir alejado de su familia y bajo un horario estricto de entrenamiento, que no solo consiste en remar en la piragua: "Normalmente empezamos la temporada saliendo a correr, vamos al gimnasio y hacemos todo tipo de ejercicios para fortalecernos". Estébanez reconoce que en ocasiones se hace difícil seguir las pautas marcadas, sobre todo cuando llega el invierno: "Con la lluvia y el frío, hay veces que no apetece meterse en el agua", confiesa.

Sobre su deporte, Estébanez cree que "el piragüismo da vida a muchos ríos" y que no recibe suficiente apoyo institucional pese a que "la Federación hace todo lo posible". Además, subraya que España "es un país puntero" en este deporte y que en Asturias hay una gran cantera gracias a instituciones como el Grupo Covadonga.

El joven campeón cambia ahora de categoría y pasará a ser sub-23, por lo que su objetivo actual es trasladarse al Centro de Alto Rendimiento de Remo y Piragüismo de La Cartuja, en Sevilla. Para ello necesita buenos resultados en las próximas competiciones. La delegación española cerró el campeonato europeo, disputado en Silkeborg (Dinamarca), con un total de 16 medallas, entre ellas el oro del gijonés, siendo el segundo país en la clasificación general.

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