Tani Bay, de Puma a León: El argentino, que es nieto de una emigrante mierense, jugó con la selección de seven de su país y ahora lo hace para España

Estanislao, "Tani", Bay se acordó de una mujer a la que nunca llegó a conocer cuando saltó por primera vez a un campo de rugby vistiendo la camiseta de la selección española. Esa mujer era María Purificación González Rodríguez, a la que llamaban Maruja, que era su abuela y que partió siendo muy joven desde el puerto de Gijón para buscarse un futuro en Argentina. Eso sucedió antes de la Guerra Civil y casi un siglo después, en 2023, su nieto, argentino de Santa Fe, cerró un círculo en el que también quedan reflejados los dos países. El que acogió y ahora acoge, el que dio oportunidades que ahora sus ciudadanos buscan fuera.

La abuela paterna de Tani Bay era de Mieres, concretamente del pueblo de Siana, hija de minero que emigró junto a varios hermanos: "En ese momento Argentina estaba mejor y ella se fue con sus hermanos", explica el jugador, al que su padre le fue contando algunos detalles de la abuela: "Me contó que le leía poemas de Federico García Lorca, que nunca se olvidó de Asturias; de hecho, nunca pidió la nacionalidad argentina, estaba agradecida al país pero se sentía española; mi hermano sí llegó a conocerla y mi madre me decía que cuando comían en casa de la abuela había mucho olor a ajo y que siempre había tortilla de patatas", explica.

El medio melé, que juega en el Aparejadores de Burgos, sabe que su abuela cogió ese barco cuando tenía entre 14 y 16 años y que solo pudo volver a Mieres de visita en sus últimos años de vida. Su padre, cuando hace unos años hizo la maleta y se vino a España, le dijo que tenía que visitar Asturias, ir a Mieres, el pueblo de su madre, algo que aún tiene pendiente y que espera hacer este verano: "Lo primero que me dijo mi padre es que tenía que conocer Asturias". Una hermana suya ya lo hizo y buscó la partida de nacimiento de la abuela, pero no la pudo encontrar porque, explica Bay, "la iglesia sufrió un incendio y se perdieron los datos; mi hermana tiene más información de todo eso". Además, gracias a que su abuela era española, todo ha sido más sencillo para que él puede ahora vestir la camiseta del "Quince del León" y representar a España.

Tani Bay tiene la intención de seguir viviendo aquí, donde lleva ya cuatro años, y otra de las cosas que le gustaría es traer alguna vez a su padre, que se pasó la infancia escuchando hablar de una tierra que aún no conoce: "Tienen casi 70 años, ojalá que pueda venir", dice. Bay sabe que sus antepasados eran "gente muy humilde". Y lo siguieron siendo en Argentina, donde comenzaron "juntando cartones por la calle": "Trabajaron mucho y consiguieron que todos los hijos fueran al colegio y tuvieran una profesión y que mis padres y mis tíos pudieran evolucionar", añade.

Para Bay resulta extraño ese pensamiento que tuvo en su debut, que tuvo lugar el 5 de febrero en el Central de la Ciudad Universitaria, en Madrid: "Lo primero que pensé fue en mi abuela". El caso es que le dio suerte: ese día España ganó (28-20) y él consiguió un ensayo, siendo además elegido como el jugador más valorado del partido.

Crítico con su país, Bay dice que es un lugar "complicado": "La calidad de vida es baja, política y económicamente se hacen mal las cosas, hay mucha corrupción", añade. Eso y su deseo de poder ser profesional de un deporte que adora, con el que fue internacional con la selección de rugby a 7 de Argentina, los "Pumas" seven, le llevó a hacer las maletas: "Fui estudiante de Derecho, pero siempre tuve la intención de jugar profesionalmente, a los 27 años tuve la oportunidad de venir a España, conocía a una persona en el VRAC de Valladolid, este es mi cuarto año y tengo pensado seguir en España".

Tras jugar dos años en Valladolid, estuvo uno en Jaén y ahora forma parte del Burgos, equipo que está cuajando una gran temporada en la máxima categoría del rugby español, en la que también milita el Belenos avilesino. En Burgos y en España es compañero de Álex Suárez, ovetense que le puede guiar este verano por los caminos que recorrió hace ya tantos años la abuela Maruja.

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