La hora del Súper Cova

El equipo de Teatinos desafía al Deportivo (17 horas) en Ganzábal: "El que no crea que podemos ganar que ni venga"

Berto, Samu y Nico Arce, ayer en el Álvarez Rabanal. | Luisma Murias

Berto, Samu y Nico Arce, ayer en el Álvarez Rabanal. | Luisma Murias / Javier Sámano Lucas

Pocos jugadores del Covadonga tienen recuerdo del Súper Dépor campeón de Liga del año 2000. Algunos, como Berto, Samu o Nico Arce, ni habían nacido. Otros, como Ariel, apenas tenían un año. Esta semana, antes de la visita hoy del Deportivo (17 horas) con motivo de la eliminatoria de Copa del Rey, los veteranos del vestuario les han relatado las bondades de un equipo que marcó una época. "Nos han hablado de Tristán, de Bebeto…" cuenta un Samu que, como sus compañeros, al que recuerda con mayor viveza es a Juan Carlos Valerón. "Un jugón de los que ya no quedan", sentencia Nico Arce, centrocampista como el Mago de Arguineguín y deseoso de enfrentarse a otro mítico mediocentro, Salva Sevilla, que apura su carrera en Riazor. Más de dos décadas después de aquel campeonato, el Deportivo vive una realidad que nada tiene que ver con aquellos días de vino y rosas. Undécimo en su grupo de Primera Federación, a pesar de contar con jugadores de primer nivel como Lucas Pérez o el propio Sevilla, la gloriosa historia reciente del Dépor sigue inspirando respeto. "Va a ser un partido muy difícil, vamos a tener que correr mucho, hacerlo todo perfecto y meter la que tengamos si queremos ganar, ellos tienen mucha calidad", tercia el lateral Berto, convencido, aun así, de que el equipo de Teatinos va a salir "a ganar".

Pocos tienen más claro que el escenario no va a arredrar a un Cova que promete ser fiel a su estilo alegre y propositivo. "Imagino que ellos querrán tener la posesión, pero nuestro objetivo es tener el balón y jugar a lo que sabemos. Queremos que sea un partido intenso, competido, en el que ganemos muchos duelos y que ellos, nada más salir, piensen: ‘uf, nos lo van a poner difícil’", explica Arce, envalentonado antes del partido más "especial" de su aún corta carrera.

En puestos de descenso en su grupo de Segunda Federación, el Cova llega después de empatar (1-1) contra el Langreo en un encuentro en el que iba por delante hasta la última jugada y en la que el goleador, Samu –que había anotado tres tantos en los últimos cuatro partidos– se lastimó el isquiotibial. "Confío plenamente en el grupo, ojalá me puedan dedicar la victoria", dice el delantero, reconfortado por el apoyo que le han brindado sus compañeros ("todos me han llamado o me han mandado un mensaje, el vestuario es una pasada").

Sin Samu, la responsabilidad del gol recae en Ariel. "El que crea que no podemos ganar, que ni venga", sentencia el ex del Sporting Atlético, convencido de que la victoria "se queda en casa", en un estadio de Ganzábal, habitual hogar del Langreo, en el que el Cova quiere aguar la fiesta a la nutrida representación de aficionados gallegos que se espera en la grada.

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