El secreto mejor guardado de Cortina, pilar del Avilés: "Los médicos me dijeron que era una locura seguir compitiendo"

"El equipo estaba a remolque, no quería echarme a un lado", dice el ovetense, que jugó gran parte del curso con dos ligamentos rotos y espera estar listo para empezar la Liga: "la idea es seguir en el club"

Edu Cortina, conduciendo el balón ante un jugador del Bilbao Athletic en la pasada pretemporada. | Irma Collín

Edu Cortina, conduciendo el balón ante un jugador del Bilbao Athletic en la pasada pretemporada. | Irma Collín

Noé Menéndez

Noé Menéndez

Uno de los nombres propios del encuentro ante el Manchego, en el que el Avilés consiguió la salvación, fue el de Edu Cortina. El ovetense volvió a su mejor versión, pero, aunque nadie lo sabía, se jugó su propia salud por el conjunto blanquiazul. Y es que el centrocampista lleva gran parte de la temporada con dos ligamentos de su tobillo derecho rotos, además de tener otros tres tocados. A pesar de que los médicos le recomendaron parar, Cortina no se lo pensó y quiso volver a vestirse de corto. El riesgo fue máximo, ya que podría haber quedado tocado hasta para su vida cotidiana. Por suerte todo acabó bien y ahora pasará por quirófano, para tratar de poner fin a un problema que le sigue desde pequeño.

"En ningún momento me llegué a encontrar como el año pasado. Este año he tenido muchos problemas con el tobillo, era imposible estar a tono", confiesa Cortina, que recuerda perfectamente dónde empezaron los problemas. "Todo se generó a partir del partido ante el Deportivo B, que tuve que salir lesionado. Más o menos me recuperé, pero ante el Valladolid B recaí. Ahí fue cuando, al hacer una resonancia, me dijeron que me había roto", afirma. En ese momento se le pusieron sobre la mesa dos opciones. "Al tenerlos rotos del todo ya no se unen a no ser que te operes. Los médicos me dijeron que era una locura seguir compitiendo, pero si me operaba prácticamente tenía que decir adiós a la temporada. Decidimos tirar para adelante", confiesa el ovetense.

El riesgo era altísimo. "Al no tener ligamento cualquier gesto en el que el tobillo se me fuese más de la cuenta era peligroso. Por eso muchas veces no podía seguir y tenía que ser sustituido", explica Cortina. Y es que, en cualquier movimiento, la lesión se podría agravar y afectar al hueso, lo que podría tener consecuencias fatales. Desde ese encuentro, cada vez que saltaba al campo, tenía que realizar un vendaje especial al tobillo, tipo escayola. "Lo tenía que cambiar al descanso, para que estuviese lo más estable posible", afirma. La parte menos mala es que, al tener los ligamentos rotos, cuando tenía que irse sustituido no sufría un hinchazón en la zona, por lo que, tras unos días de reposo, podía volver a la carga.

La pregunta es: ¿por qué no decidió parar? "Supongo que será por cómo soy, que me cuesta echarme a un lado y parar. Al no sentir dolor creía que podía tirar. También ha sido por mi manera de ser, no me gusta echarme a un lado. El equipo estuvo todo el año a remolque, la situación no ayudó a que pudiese apartarme. Quería seguir con el equipo y la suma de todo hizo que tomase la decisión. Los médicos confiaron en mí, porque saben de mi capacidad de sufrir, y por eso lo hicimos", sostiene el mediocentro. Eso sí, ahora va a tratar de ponerle solución al problema. Tras una carrera marcada por las lesiones en su tobillo derecho, Cortina se sometió ayer una resonancia y confía en operarse en los próximos días.

Tres meses de recuperación

Le esperan alrededor de tres meses de recuperación, más o menos para cuando el Avilés vuelva a la competición. "La idea es seguir en el club", reconoce el ovetense, que quiere esperar a que haya una nueva dirección deportiva antes de mojarse. El que no ha dudado en elogiarle ha sido Rozada, al que le une una gran relación. "Llevamos toda una vida juntos, estoy muy agradecido a la confianza que tiene en mí. Durante estos 15 días he intentado ayudarlo en todo lo que pude. Por suerte nos hemos salvado juntos", añade. Si todo va según lo previsto, el metrónomo del Avilés volverá el próximo año a marcar el tempo del conjunto blanquiazul y, esta vez, sin sufrir tantos problemas con su tobillo.

Suscríbete para seguir leyendo