La dirección del Sporting parece que va aprendido la lección de la necesidad de comunicar con frecuencia asuntos relacionados con el club y lanzar mensajes de fácil comprensión para el aficionado medio, el que mantiene el club más allá de los dichosos ingresos televisivos. Porque, damas y caballeros, señoras y señores diputados, el sentimiento va más allá del dinero procedente de la venta de derechos en la Guyana francesa.
El vicepresidente del Sporting y representante del paquete accionarial mayoritario, Javier Fernández, compareció al mediodía de ayer ante los medios informativos para anunciar el primer fichaje, el del centrocampista Víctor Rodríguez, y confirmar la marcha del central Bernardo. Que éste no iba a seguir estaba más claro que el agua. Las continuas largas que fue dando a las sucesivas ofertas del club rojiblanco, la última pareció romper todos los techos salariales posibles, demostraban que no estaba dispuesto a continuar. Las libras son más atractivas que los euros para el defensa colombiano, cuya marcha hay que lamentar en su justo punto. No se acaba el Sporting porque tres futbolistas, el citado, Luis Hernández y Jony, hayan preferido un cambio de aires al seguro calor del Anfield del Piles. Con los mejores deseos para el que viene y para el que se va.
Habrá que esperar a los dictámenes de los más finos analistas del lugar sobre las virtudes y defectos del que dice ser y llamarse Víctor Rodríguez. Si es del corte de Sergio Álvarez o del de Nacho Cases. El gran timonel afirmó poco después del final de la campaña de la permanencia que quería fichar titulares. En esa categoría estará sin duda el primer incorporado a la plantilla rojiblanca. La obligación de hacerse con los servicios de diez nuevos jugadores produce, damas y caballeros, señoras y señores diputados, cierto vértigo porque cada uno llegará de una cultura distinta y a todos los tendrá que ahormar el gran timonel y el ambiente interno de un vestuario que va a vivir una renovación inédita desde hace años y para el que el club va a disponer de una subida del 80 por ciento con relación a la temporada pasada.
Es buena costumbre que el club ofrezca su versión a los aficionados, y la aparición de ayer de Javier Fernández es un paso en la dirección adecuada. Lo único que sorprendió de la misma fue la afirmación de que la decisión de no pagar traspasos de futbolistas "es personal de Nico Rodríguez". Sorprende porque se entiende que en cuestiones de ese rango no hay decisiones personales, y menos de un empleado del club, por alto que éste sea. Hay decisiones que son del club o no son en las que no caben los personalismos ni para bien ni para mal. Los éxitos y los fracasos en el fútbol han de ser aspectos colectivos, como los fichajes y sus costes.
En días de lecciones aprendidas, las buenas costumbres han de mantenerse; por eso, si pregunto, ¿molesto?: Esuperio, ¿es cierto que alguien ha echado el ojo a un futbolista nacido corso aunque nacionalizado en otro país? La ausencia de fronteras europeas anima, sin duda, el mercado con vistas a la temporada de la consolidación en Primera, objetivo irrenunciable para el esperanzado mundo rojiblanco.
