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Fondo Norte

La pelota está en el tejado de Torrecilla

El Sporting demuestra que no está para bromas en los puestos cruciales con el fichaje de Barba

La derrota de Baracaldo parece haber encendido las alarmas en el amplio mundo rojiblanco. El entrenador, Paco Herrera, no escondió al final del partido su decepción por lo que había visto en su equipo. No es lo peor una derrota más o menos en una pretemporada, sino la sensación de que el Sporting 2017-18 tiene los mismos defectos o incluso más que el de la temporada del descenso. El Sporting de Baracaldo fue, en afortunada definición del exentrenador rojiblanco, exseleccionador nacional y actual abogado defensor de Ángel María Villar, Javier Clemente, fue, decíamos, el Sporting de "los mingafrías". Ni un balón dividido ganaron los rojiblancos, sean los clásicos, los jóvenes, los recién llegados o los que se van a marchar. Un equipo vigor que no fue a ninguna parte la temporada pasada y que no irá en la que va a comenzar dentro de menos de un mes.

La realidad, distinguido público, es que Paco Herrera llegó con la lección rojiblanca bien aprendida. Los seis fichajes que reclamó para seis puestos bien definidos estaban perfectamente analizados: dos centrales, dos medios centros, un hombre de banda rápido y con desborde y un goleador. Han aparecido un central, el romano Barba; un medio centro, Bergantiños, y un delantero, a saber si con gol, Scepovic o Stefan o como prefiera ser llamado en la camiseta y en las alineaciones. Más de medio equipo tiene que ser nuevo en los planes herrerianos. En Baracaldo las novedades fueron dos y las lagunas habituales fueron amplias, como pueden comprobar los aficionados que tienen la referencia del ejercicio pasado.

La realidad nos desvela que la pelota está en el tejado del castellano leal, de Torrecilla, el encargado de formar una plantilla en la que no tengan sitio los mingafrías. Uno de ellos, Víctor Rodríguez, se va del Sporting, al parecer a la Liga de Estados Unidos, que no es mal destino. Víctor es uno de esos jugadores que como el sol por el cristal ha pasado por el Sporting sin romperlo ni mancharlo. Se le recuerda un gol en los albores de la Liga pasada y sucesivas decepciones en la larga marcha hacia el descenso. Un jugador que no ha dejado huella en un Sporting que espera las sabias decisiones del castellano leal. Si llegan, tutti contenti, Rerum Novarum.

La plantilla cumplió ayer con la tradición de postrarse ante la Santina de Covadonga en la gruta del real Sitio. Se ve que en la nueva etapa la presencia de Fernando Fueyo no molesta ni distrae a los jugadores. Vuelve la normalidad al vestuario rojiblanco, algo que siempre hay que agradecer.

Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe de verdad Esuperio cuántos jugadores quedan por llegar al Sporting y por cuántos se va a poder pagar traspaso? Próxima parada, Capuchinos.

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