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Víctor Rivera

En el tiempo añadido

Víctor Rivera

Números para soñar y números para cuadrar

Sobre el gran momento del equipo rojiblanco

Cierra el Sporting una semana fantástica con pleno de nueve puntos en tres partidos, con más incredulidad que euforia. El aficionado rojiblanco, poco avezado a moverse por las alturas, siente vértigo y parece desconfiar de este gran inicio de su equipo. Como si pensase que cuanto más alto suba, más duro será el golpe. Asoma, eso sí, un punto de orgullo al ver competir a este puñado de guajes, aflora ese sentimiento de grupo que siempre ha acompañado a los mayores éxitos de esta entidad y respira aliviado al sentir la presencia de un entrenador capaz de influir en el juego y en el resultado.

La victoria ante el Castellón no será recordada, pero define el cambio de tendencia en el Sporting, que fue capaz de ganar un partido en el que otros años siempre hubiera tropezado. David Gallego sigue afinando un equipo de gala en el que merece una mención especial el crecimiento de Gaspar, asentado ya fuera de debates en la banda izquierda. Las discusiones al once pierden fuelle a golpe de resultados, por más que Gallego haya hecho causa personal de sus apuestas por Saúl (más entonado ante el Castellón, pero lejos del potencial de Pablo García) y de Aitor, un verso libre que habla un idioma distinto al resto del equipo.

Con 22 puntos en diez encuentros (una cuarta parte del camino ya recorrido), el Sporting marca ritmo de récord y sostiene el paso a los gallitos de la categoría. La gran cuestión es la de si los guajes aguantarán la carrera a rivales con más nombre y mucho más caché. Habrá que ir viendo. David Gallego, y el resto de estamentos del club, mantienen su discurso de prudencia. Que sí, que de acuerdo, que es lo que toca, pero se agradecería también un poquito más de entusiasmo.

En lo deportivo, los números sonríen al Sporting, pero la felicidad nunca es completa. La preocupación por la situación económica se impone en la planta noble a cualquier celebración deportiva. Como la mayoría de los clubes, el Sporting ha acusado de forma grave la crisis económica derivada del covid. A pesar de que la televisión es la principal fuente de ingresos, el peso de los abonos es significativo en un presupuesto que se ha visto sensiblemente mermado. Con todo, el Sporting evitó traspasar a jugadores importantes. Ayudaron, eso sí, las limitaciones del mercado y la escasez de ofertas.

Los partidos pasan sin que los abonados puedan acceder a El Molinón y el panorama no es halagüeño. La posibilidad de tener que devolver una parte sustancial de los abonos va en aumento. Lo mismo pasa con los alumnos de la Escuela de Fútbol de Mareo, que han pagado la matrícula pero nunca han llegado a entrenarse. No es fácil en este contexto ajustar los presupuestos.

El Sporting inicia estos días en los despachos uno de los partidos más importantes del ejercicio. El club negociará con los futbolistas una rebaja salarial, como han hecho la mayoría de los equipos profesionales, incluso los más grandes (el Barcelona ya va por la segunda). No será fácil, habrá que buscar puntos de encuentro entre los intereses del club y los derechos de los futbolistas, que tendrán que poner su buena disposición en la causa. No se descarta que nos podamos encontrar con un acuerdo similar al de los culés, que traiga consigo una ola de renovaciones para compensar a la plantilla. El consejo ha decidido esperar al cierre del mercado para abordar esta negociación por un doble motivo. Primero porque no era fácil rebajar el sueldo a jugadores que podían salir del club y segundo porque queda feo recortar el salario de unos futbolistas para fichar a otros. Sí alcanzó acuerdos para facilitar el pago en casos individuales como los de Javi Fuego o Carmona. Por algo se empieza.

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