La familia de Djuka cruza los dedos para que el Sporting, tal y como cuenta en LA NUEVA ESPAÑA para desesperación de la Santa Inquisición y del censor de turno, ascienda a Primera y así poder seguir afianzando las bases de su relación con el equipo y la ciudad. El serbio y los suyos han encontrado en Gijón su zona de confort después de unos cuantos años de aquí para allá.
El ascenso sería la solución a todos los males –un constipado si se compara con cómo estaban las cosas no hace mucho– del club rojiblanco. Volver a Primera, aunque los números señalen que el Sporting lleva más tiempo en uno de los sótanos del fútbol español que en el ático, amarraría a Djuka a Gijón y serviría para demostrar una vez más que al Sporting lo de comprar fuera de Mareo (supuesto) talento por volquetes no le funciona.
Hasta Gallego ve al marido de Miljana, padre de Tadej y Andrea, con la capacidad y competitividad necesarias para cambiar de categoría. Pero de momento, el galleguismo manda y sigue recetando el “pasito a pasito”. Nada de pensar en lo que no toca. Y ahora toca Albacete, donde el Sporting se reencontrará con Alejandro Menéndez, uno de los suyos.
Volver a Primera amarraría a Djuka a Gijón y serviría para demostrar una vez más que al Sporting lo de comprar fuera de Mareo (supuesto) talento por volquetes no le funciona
Porque de Mareo también sale talento para los banquillos: Marcelino, Abelardo, José Alberto, Muñiz... Un buen resultado acercará el objetivo que nadie quiere verbalizar, pero que es una de las condiciones para alargar la historia de amor entre Djuka, Gijón y el Sporting.