Sentarse a contemplar estos días cómo marcha el quehacer diario de los dos grandes del balón astur daría para una trilogía, lo que no se sabe es si de ciencia ficción, del surrealismo más vintage o simplemente un producto de consumo rápido destinado al Canal Cocina. El Oviedo busca a ritmo caribeño un sustituto para Arnau tras su cruel fallecimiento. La operación va a tirones: por momentos parece que Federico y el consejo conducen un Lamborghini Murciélago para instantes después descubrir que se trata del troncomóvil de los Picapiedra.
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La sensación a estas horas es la de que las cosas en el palacio azul van despacio, muy despacio. Vamos, como siempre. De ahí que cundan los nervios, que no el pánico, entre los que ansían saber qué hay de lo suyo. Con lo sucedido las dos últimas temporadas aún en la retina, no convendría para los intereses azules demorarse mucho en encontrar al nuevo líder del proyecto deportivo.
Las cosas en el palacio azul van despacio, muy despacio. Vamos, como siempre. De ahí que cundan los nervios, que no el pánico, entre los que ansían saber qué hay de lo suyo
Mientras, a 28 kilómetros, nervios, lágrimas y abrazos en la despedida de Carmona, que Javi Fuego, ayer hijo pródigo y hoy proscrito, tuvo que seguir desde casa. Tantos nervios había que hubo quien acabó con la mascarilla del revés para agite de Tebas y su estricto protocolo anticovid. Cosas del directo y de las ganas de irse de vacaciones después de una temporada en la que se han producido más heridas de las previstas tras dejar escapar el play-off a última hora. Pero, calma, todo queda en manos de los expertos en gestión de crisis. En vista de los éxitos precedentes, ¿qué puede salir mal?