En territorio comanche

La opinión sobre el Sporting y el Oviedo: La extremaunción y la manita

Los resultados del fin de semana y el negro futuro de "Asturias 2030"

Pablo González

Pablo González

Sonrisa a medias en Gijón tras el empate ante el Valladolid. Los rojiblancos lograron igualar ante un rival directo en un arranque de casta y sumar cuatro de seis en una semana. Una buena media teniendo en cuenta que todavía nadie por arriba acaba de meter la directa. Lo positivo es que los de MAR siguen ahí arriba enganchados a pesar de que solo suman tres victorias en diez partidos. Pero, a la vista de los números de sus competidores directos, los rojiblancos andan en la media. Otra cosa son las sensaciones. Vamos, lo de siempre. Ahora, lo que les llega a los rojiblancos es la hora de empezar a amarrar de nuevo todos los puntos en El Molinón, se llame como se llame el equipo.

Por lo demás, a la espera de que pasen los días para saber si al final, que parece que no, habrá "Asturias 2030". Nadie quiere dar el primer paso hacia atrás, aunque tiene la pinta de que, por mucho que se mantengan prietas las filas, la ilusión de la familia orlegiana de que Gijón sea mundialista ya ha recibido la extremaunción. Lo único que puede salvar a la candidatura es un milagro cual maná caído del cielo en forma de un plan de financiación. Pero, al parecer, esa es otra historia que deberá ser contada en otro momento.

Mientras, a 28 kilómetros, ya se han olvidado de la derrota en el derbi con una manita-jorubu. Los azules lo hicieron a costa del Burgos de Bolo, al que se le sigue dando horriblemente jugar en Oviedo, ya sea en uno o en otro banquillo. Los de Carrión siguen apretando de la misma forma que siguen en puestos de promoción. Hay Liga, ¿oyisti, güey?

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