Opinión

Análisis de la derrota del Alimerka Oviedo ante el Lleida (73-75): Otro final desgraciado

El contraste final: un OCB precipitado mientras Hasbrouck acertaba en las jugadas decisivas

Partido de LEB Oro Alimerka Oviedo Baloncesto-Lleida

Partido de LEB Oro Alimerka Oviedo Baloncesto-Lleida / Miki López

El Oviedo Baloncesto tuvo ayer el triunfo muy cerca, pero una vez más un final desgraciado, por la toma de malas decisiones en los momentos clave del partido, motivó que los carbayones encadenasen la quinta derrota consecutiva, lo que les acerca muy peligrosamente a los puestos de descenso a la LEB Plata. El Alimerka hizo méritos suficientes durante la mayor parte del partido para llevarse la victoria, pero tal como había su sucedido en el partido jugado en Lérida, el ICG Força Lleida estuvo también en Pumarín más acertado en los minutos finales y acabó por delante en el marcador por solo dos puntos de diferencia, 73-75.

El equipo asturiano demostró en los dos encuentros ante los catalanes, quintos clasificados, que no son inferiores a ellos, aunque, eso sí, mostraron ser más pardillos. La experiencia es un grado. Y si de experiencia se trata, la de Hasbrouck, a sus 38 años, no puede ser puesta en duda por nadie conocedor de la LEB Oro. Si en el partido jugado en Lérida la remontada de su equipo fue gracias casi exclusivamente a él, a sus triples, ayer en Oviedo sus compañeros le buscaron en las dos jugadas decisivas. Y claro, no falló. Todo lo contrario de lo que les sucedió a los ovetenses, cuya precipitación fue norma en el último cuarto, tras haber ido por delante en el marcador hasta por 14 puntos en el tercer cuarto.

Una pena de final, tras el espectacular partido jugado por el capital azul Marc Martí, que estuvo siempre brillante, incluso en los peores momentos del equipo. Él fue quien mantuvo a los suyos vivos en el último cuarto, cuando los nervios atenazaban al resto de los discípulos de Javi Rodríguez. Fue quien más minutos estuvo en cancha, el máximo anotador azul, con 23 puntos, y el más valorado. Pero no sólo es, es que además es un jugador que siempre contagia energía al resto de la plantilla y que sabe dar con la tecla para poner en pie a la afición carbayona, que ayer de nuevo estuvo con el Oviedo Baloncesto hasta el final.

Tiene trabajo por delante el entrenador del Alimerka, sobre todo desde el punto de vista emocional. Tantos partidos seguidos perdidos seguro que socava la moral de más de un jugador, sobre todo los de los más jóvenes, entre los que se encuentra el elemento más diferencial de la plantilla, Horton, al que anoche puede que en algún momento le pudiera la responsabilidad. Y no es el único.

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