Santiago de Compostela,

X. A. TABOADA D. DOMÍNGUEZ

Alemania dio ayer en Galicia un espaldarazo completo a las reformas económicas y los recortes impulsados por el Gobierno de Rajoy. Tras reunirse en Santiago de Compostela con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y los ministros de Economía, Luis de Guindos, y de Exteriores, José Manuel García-Margallo, para escuchar su agenda de reformas y propuestas de consolidación fiscal, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, no escatimó elogios para el Gobierno español. Le gusta, y mucho, el nuevo rumbo diseñado por Moncloa. «Las medidas son verdaderamente impresionantes. España está en la senda correcta y tenemos plena confianza en el país, porque está dando los pasos adecuados», declaró Schäuble. A su lado, De Guindos asentía complacido ante sus palabras.

Por si alguien había interpretado que Alemania apuesta por un cambio de política para favorecer el crecimiento económico y la creación de empleo frente a la receta de la austeridad, Schäuble quiso dejar claro que esa lectura es errónea. Se pueden tomar nuevas medidas para fomentar el empleo, pero siempre desde la base de la consolidación fiscal y el control del gasto público. Ambas líneas, como también advirtió De Guindos, son compatibles, pero la senda de la austeridad es la base imprescindible para lo demás. «La consolidación fiscal no representa un fin en sí mismo, sino que es una condición para generar crecimiento sostenible en los países», dijo Wolfgang Schäuble.

Ante la contestación social que están encontrando las medidas del Gobierno español, el ministro de Finanzas alemán no sólo indicó que las medidas de Rajoy tienen una «acogida fenomenal» en el FMI, sino también en Europa, pese a que, advirtió, recuperar la confianza de los mercados va a llevar algún tiempo, porque andan «nerviosos». Por ello, demandó «mantenerse firmes en las correcciones» para convencer a los mercados y allanar el camino para que en junio la UE revise las políticas de crecimiento conforme a la agenda prevista, con la posibilidad de fortalecer el papel del Banco Europeo de Inversiones para movilizar el capital privado.

De Guindos insistió en que la austeridad no tiene por qué lastrar el avance económico. «No hay ningún tipo de confrontación entre lo que es la reducción ineludible del déficit público y el crecimiento económico», repetía ante el «número dos» de Angela Merkel, si bien precisó que el rigor fiscal tiene que ir «acompañado de otras medidas», entre las que citó «reformas económicas para fomentar la competitividad y lograr un incremento de la flexibilidad y productividad de la economía». El Gobierno tiene un «diagnóstico claro», apostilló.