Oviedo, J. L. S.

El mierense Juan Boullón se salvó por los pelos de perder su casa. El mismo día en el que su vivienda debía de ser subastada logró paralizarla en una negociación con su entidad financiera y la ayuda de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca que organizaron una protesta frente a la sucursal. Desde entonces asegura que nadie del banco ha vuelto a ponerse en contacto con él. «No se si al final me van a echar, si ya soy propietario del piso o qué va a ser de mi situación», reconoce. Espera que la sentencia del Tribunal Europeo que tumba la ley de desahucios españoles le ayude a reconducir su situación. «Me han dicho que será para bien, que será beneficiosa para nosotros», asegura. También recomienda a la gente que se encuentra en su misma situación que «no se esconda». «Es algo que no debe dar vergüenza, somos unos morosos obligados por las circunstancias económicas, yo no tengo la culpa de haber perdido mi empleo y no encontrar otra cosa», resume el vecino de Mieres.