Los cambios de residencia para obtener ventajas fiscales son controlados de cerca por la Administración tributaria para evitar mudanzas ficticias ideadas para eludir el pago de impuestos. El control de los domicilios declarados y sus cambios es una de las líneas de trabajo de los acuerdos de colaboración que, en materia de lucha contra el fraude, mantiene la Agencia Tributaria con las autonomías; en el caso de Asturias, con el Ente de Servicios Tributarios del Principado.
El contribuyente es libre para elegir su residencia, pero puede ser investigado cuando se produce un cambio de comunidad. A efectos del IRPF, los impuestos se pagan allí donde el contribuyente haya permanecido durante más días del año o período impositivo. La ley establece cautelas como la siguiente: Hacienda actúa como si no existiese cambio de domicilio cuando la base imponible del contribuyente aumenta más del 50% en el año en que declara el cambio o en el siguiente. En el caso del impuesto de sucesiones, los herederos pagarán en la comunidad donde el fallecido haya residido más tiempo durante los cinco años anteriores a la muerte. Se busca evitar que se traslade a personas muy ancianas o enfermas con el propósito de que los herederos paguen menos.
