Arcelor aumenta beneficios al mejorar la eficiencia de fábricas como las asturianas

Arcelor-Mittal se aleja cada vez más de los números rojos. Durante los nueve primeros meses del año la compañía siderúrgica obtuvo un beneficio neto atribuido de 1.251 millones de euros frente a las pérdidas de 1.145 millones registradas en el mismo periodo de 2015. En Europa, donde las plantas asturianas tienen un importante peso, los resultados también son positivos con un saldo de explotación de 371 millones de euros, 31 millones más de los obtenidos en el anterior trimestre y en contraste con los 23 millones de pérdidas registrados en el mismo periodo de 2015, cuando mayor era la presión de la competencia del acero chino.

Desde la multinacional siderúrgica se destacó ayer que la mejora de los resultados en Europa está ligada al descenso de los costes de producción y a las mejoras de la eficiencia de las fábricas, que permitieron compensar la contracción de los volúmenes de expediciones de productos siderúrgicos (-2,7%), de los precios medios de venta de dichos productos (-3,3%) y de la producción de acero (-1,4% hasta 10,6 millones de toneladas).

En la mejora de la eficiencia se enmarca la inversión de más de 200 millones de euros que está en marcha en las plantas de Arcelor-Mittal en Asturias. Precisamente ayer transcendió que la multinacionales siderúrgica ha adjudicado a la filial española de Veolia Water Technologies un contrato para el diseño, instalación y puesta en marcha de una planta de producción de agua desmineralizada en la factoría de Avilés por un importe de 1,1 millones de euros. La nueva instalación, que entrará en funcionamiento en febrero, producirá 75 metros cúbicos a la hora de agua desmineralizada que se utilizarán para alimentar la nueva caldera de alta presión de la acería de Avilés, con una demanda anual de 630.000 metros cúbicos. Cuando la nueva caldera entre en funcionamiento y mientras se finalizan los trabajos de puesta en marcha de la planta, Veolia suministrará una unidad móvil de tratamiento que se encargará de producir el agua desmineralizada.

La dirección de Arcelor-Mittal destacó ayer que la caída de la producción de las fábricas europeas en el tercer trimestre obedece a una serie de paradas programadas de instalaciones productivas como el tren de carril de Gijón, que estuvo parado en verano por las obras de ampliación. No obstante la competencia del acero chino y otras "prácticas comerciales desleales" siguen siendo motivo de preocupación. "Hemos podido constatar este año una serie de fallos positivos en litigios comerciales; no obstante, se precisa una solución global para todas las categorías de productos que permita evitar los comportamientos anticompetitivos en el mercado europeo", afirmó Aditya Mittal, director general de Arcelor-Mittal Europa.

A nivel global, la compañía siderúrgica obtuvo en el tercer trimestre del año un beneficio neto atribuido de 618 millones de euros frente a las pérdidas de 646 millones en el mismo trimestre de 2015, mientras las ventas bajaron un 6,8%, hasta 13.203 millones.

Menor endeudamiento

La deuda neta de Arcelor-Mittal al cierre del tercer trimestre bajó a 11.091 millones de euros frente a los 11.545 millones a 30 de junio de 2016 y los 15.272 millones de un año antes.

"Nuestros resultados del tercer trimestre reflejan los progresos de la compañía en mejorar el resultado subyacente de su negocio, así como las mejores condiciones de los mercados desde el comienzo del año", destacó Lakshmi N. Mittal, presidente y consejero delegado de Arcelor-Mittal. No obstante, el máximo dirigente de la multinacional advirtió de cara al futuro cercano que la compañía, a pesar de la estabilidad de la demanda, se verá afectada por el inesperado y significativo incremento de los precios del carbón siderúrgico. "Aunque las expectativas apuntan a que los precios del acero se alinearán con el aumento de costes, mientras tanto el mayor precio del carbón afectará los diferenciales del acero y el resultado del cuarto trimestre", añadió Mittal, que también incidió en la persistente preocupación por el exceso de capacidad, "lo que refuerza la importancia de una amplia respuesta comercial que minimice el impacto de prácticas comerciales desleales".