La propuesta de los asesores del PSOE para ir al cierre de todas las centrales de carbón y nucleares de España supone dar en una década un vuelco a la dieta enegética prescindiendo de dos tecnologías que, por ejemplo, en 2017 (año singularmente seco y por tanto con baja producción hidroeléctrica) cubrieron de forma conjunta el 38,5% de la demanda del país. Como alternativa, ese grupo de expertos propone un "intenso" despliegue de instalaciones renovables (eólicas, solares y otras) entre 2020 y 2030 e inversiones también en "centrales de respaldo", que deberían llenar el hueco que dejen las térmicas para garantizar el suministro cuando no hay suficiente agua, viento o sol. Esa sugerencia abre la puerta a instalar nuevas térmicas de gas natural (ciclos combinados), de lo que ya existen más de cincuenta, pero que están infrautilizados porque las centrales de carbón son más competitivas en costes. ¿Cuál sería el impacto en el precio de la electricidad? Hay controversia, pero con el modelo actual de mercado (marginalista), existe un riesgo de escalada en los precios por el final del carbón, pero sobre todo por el de las nucleares.