El sector constructor viene de una crisis durísima que destruyó actividad y empleo masivamente y a la que han sobrevivido aquellas empresas que, además de fortaleza financiera, tuvieron la visión y la oportunidad de adaptarse a las transformaciones del mercado. Las más recientes hablan de una competencia creciente, de cambios tecnológicos de alcance o del impacto de la transición energética. En el coloquio que ayer abrió las jornadas del ciclo "La Asturias que funciona", organizadas por el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA y la Facultad de Economía y Empresa, con el patrocinio de Liberbank y la colaboración de Asturex, se puso de manifiesto que la construcción regional está recuperando energía, estimulada por el repunte en la edificación y la rehabilitación de vivienda. Según explicaron los ponentes de "La Asturias que funciona" ante los estudiantes, que abarrotaron el salón del Club Prensa Asturiana, la calidad es el camino para conectarse a esa recuperación y a un futuro en el que cobrarán mucho protagonismo la eficiencia en el uso de la energía y las regulaciones contra el cambio climático.

Moderados por el catedrático de Organización de Empresas Manuel González, Esteban Abarquero Grossi, director de la División Comercial de Constructora Los Álamos, y Andrés Velasco Díaz, director de Marketing de Esfer, comentaron las trayectorias y apuestas estratégicas de sus compañías, información que acercó al público a los nuevos modelos de negocio en la construcción. ¿Cuál es el contexto? Lo resumió así el vallisoletano Esteban Abarquero Grossi, directivo de Los Álamos, constructora del Grupo Orejas: "El mercado está difícil; la demografía a la baja es desfavorable, sobre todo en territorios como Asturias, porque reduce la formación de hogares y la demanda; la competencia es feroz, más con la aparición de nuevos actores como las inmobiliarias de los bancos, que disponen de ingentes paquetes de viviendas".

Y está el alto nivel de exigencia de los clientes, "cada vez mejor informados". El directivo de Los Álamos subrayó cómo las nuevas tecnologías de la información y la comunicación están influyendo en las características de la demanda. "La forma de adaptarse es apostar por la calidad", recetó. Como también expuso luego el representante de Esfer a partir de su propia experiencia, Esteban Abarquero puso énfasis en las nuevas formas de construir para reducir los consumos de electricidad ("conseguir edificios herméticos y a la vez ventilados"), impulsar el uso de energías renovables y conseguir un aislamiento acústico óptimo.

La revolución tecnológica impregna todas las fases de la actividad. "Estamos utilizando ya procedimientos de realidad virtual para comercializar las viviendas y trabajamos en tecnología de realidad aumentada", señaló el director comercial de Los Álamos.

"La digitalización de la construcción es uno de los principales desafíos; estamos ante el uso de drones y de la impresión 3G", comentó, en su turno de intervención, Andrés Velasco Díaz, responsable de Marketing de Esfer. Esta compañía nació en 1980 como negocio de pinturas, con 15 empleados; hoy, la plantilla es de 155 personas y Esfer lidera el subsector de la rehabilitación de edificios en Asturias y ocupa la cuarta posición en el ranking nacional. Como su colega de Los Álamos, Velasco incidió en la cuestión de la energía: "Según nuestra visión estratégica, el proceso de descarbonización y las políticas para reducir las emisiones de CO2 y aumentar la eficiencia energética son claves para el futuro del sector". Emergen así actividades como la edificación de viviendas con consumos energéticos casi nulos, nicho de mercado en el que ya tienen experiencias tanto Esfer como Los Álamos.

"Las empresas no se dedican a hacer simplemente obras, sino que asesoran al cliente desde el punto de vista técnico, económico, fiscal...", remarcó en otro momento Andrés Velasco. Esfer ha optado por un modelo empresarial que contrasta con las prácticas más comunes en el sector. La alta especialización y cualificación que requieren las técnicas constructivas que utiliza han llevado a la empresa a reducir lo más posible la subcontratación y a ejecutar las obras principalmente con plantilla propia.

El cambio de paradigma es diáfano también en el terreno de la financiación de las promociones. "Al contrario que antes de la crisis, el apoyo bancario no se consigue de forma automática; se necesita tener vendido sobre plano al menos el 50% de las viviendas", detalló Abarquero Grossi. Desde su fundación en 1961, Los Álamos ha entregado 16.000 viviendas y su proyecto más emblemático ha sido la urbanización sierense de La Fresneda ("un modelo residencial al estilo de Estados Unidos"), donde la compañía de la familia Orejas edificó hasta ahora 1.600 casas y dispone de terreno para 800 más.

Con una actividad históricamente concentrada en Asturias, Los Álamos se ha diversificado últimamente hacia Madrid, donde prepara una promoción de 108 viviendas, el 70% vendido sobre plano, antes de iniciar la obra. En la capital de España, epicentro junto a Barcelona y otras grandes ciudades del despegue de los precios inmobiliarios, el dinamismo del mercado amplifica nuevos problemas que, a menor escala, el sector asturiano también ha comenzado a notar con el repunte de la construcción. Esteban Abarquero incidió en uno de esos problemas: "A consecuencia de la crisis, muchos profesionales se movieron hacia otros sectores en busca de empleo; ahora, conseguir en Madrid cuadrillas de trabajadores para ciertos trabajos resulta casi dramático".