Los consejeros independientes de Duro Felguera Loreto Ordóñez y Juan Miguel Sucunza Nicasio han presentado su dimisión, lo que se suma a las renuncias, a mediados del pasado mes de septiembre, de los también miembros del Consejo de Administración Marta Elorza y Alejandro Legarda.

Tanto Ordóñez como Sucunza han comunicado que su decisión se debe "a la imposibilidad de atender con la debida dedicación sus funciones en la sociedad en esta etapa debido a la demanda y exigencia de otros compromisos ajenos a esta", según ha informado este martes el grupo de ingeniería a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En su sustitución, el Consejo de Administración ha designado nuevos consejeros a Rosa Isabel Aza Conejo y a José Julián Massa Gutiérrez, que también formará parte de la comisión de auditoría.

Estas dos renuncias se suman a las recientes de Marta Elorza, quien ha asumido nuevas obligaciones profesionales que no son compatibles con su cargo en Duro Felguera, y de Alejandro Legarda, que alegó motivos personales que a su juicio justificaban su dimisión "dadas las divergencias con la dirección de la sociedad". Estos dos últimos consejeros independientes fueron sustituidos el pasado septiembre por Ricardo de Guindos Latorre e Ignacio Soria Vidal.

Duro Felguera declaró ayer un beneficio neto de 820.000 euros en el primer semestre del año, frente a las pérdidas de 54,9 millones del mismo período de 2018. La compañía comunicó ayer que ha reforzado la contratación de nuevos proyectos, pero también que el volumen de ventas ha caído respecto al pasado año debido a "tensiones de liquidez" que están asociadas a las dificultades de acceso al crédito. La dirección, confirmó también Duro, mantiene una "negociación constante" con la banca acreedora y prosigue con la búsqueda de inversores industriales para apuntalar su futuro.

La multinacional asturiana puso ayer el acento en la mejora experimentada por el resultado bruto de explotación o ebitda, que refleja la marcha del negocio. El ebitda del primer semestre ascendió a 10,8 millones de euros, superando así los 4 millones previstos para el conjunto de 2019 en el plan estratégico del grupo. No obstante, los ingresos por ventas (178,4 millones hasta junio) descienden el 19,7% respecto al mismo período de 2018. "Este descenso se produce como consecuencia de las tensiones de liquidez que han impactado en el ritmo de ejecución de los proyectos en marcha. Pese a ello se han producido avances significativos en los proyectos de Fluxys, Empalme, Petacalco o Aconcagua, entre otros", expone la empresa. Las referidas tensiones están conectadas con la resistencia de la banca acreedora a aportar financiación nueva, vital para el desarrollo de los proyectos, y avales, indispensables para el acceso a nuevos contratos.

El volumen de nueva contratación rondó hasta fines de septiembre los 130 millones de euros, incluyendo un acuerdo para una obra de 43 millones de euros para la compañía argelina Naftal que está pendiente de la firma definitiva. La cartera total de contratos ascendía en junio a 667,9 millones.

Duro Felguera destaca asimismo que ha llegado a un acuerdo que culmina el litigio que mantuvo durante los últimos años con Samsung por el proyecto de la obra minera de Roy Hill, en Australia. La firma asturiana obtiene con ello 9 millones para reforzar su patrimonio, que se añaden a los 38 millones conseguidos en 2018 tras haberle ganado un arbitraje internacional a Samsung. Duro también ha finiquitado de manera amistosa otro contrato con un impacto positivo de 12,8 millones en la cuenta de resultados. En sentido contrario, los sobrecostes en un proyecto de Dubai han pasado al grupo una factura de 13 millones de euros.

Duro Felguera, que trata de sobreponerse a un cúmulo de dificultades financieras y de negocio y de sortear el riesgo de concurso de acreedores, subraya en su comunicado que está "manteniendo un proceso de negociación constante con los bancos para obtener los recursos y los avales necesarios para la operativa corriente". La banca se ha negado hasta ahora a liberar esa financiación alegando el riesgo de que afloren más quebrantos en la situación de Duro. La compañía precisó ayer que está renegociando contratos y tramitando reclamaciones a clientes por valor de 80,5 millones para "mitigar el riesgo de sobrecostes, retrasos o pérdidas adicionales". Esos procesos, se añade, presentan "diferentes estados de avance".