La compañía energética EDP "no descarta la venta de activos en España", señaló ayer el consejero delegado de la filial española de la multinacional lusa, Rui Teixeira, a pregunta de un empleado de la compañía. Teixeira hizo esta declaración durante una videoconferencia que el ejecutivo mantuvo con la plantilla de EDP España (antigua Hidrocantábrico), confirmaron varias fuentes.
La declaración de Teixeira se produce dos meses después de la venta por EDP de seis plantas hidroeléctricas en Portugal por 2.200 millones a la compañía francesa Engie, y cuando se sabe, como avanzó este diario el 8 de febrero, que un inversor ha manifestado interés por los dos grupos de ciclo combinado que el grupo tiene en Castejón (Navarra) y que EDP podría estar en disposición de vender. Se tiene constancia de al menos una visita a Castejón de técnicos del posible pretendiente.
La compañía no desveló la identidad del grupo interesado, pero varias fuentes confirmaron ayer que se trata de la petrolera francesa Total, tal y como apuntó "El Economista" hace una semana.
Pese a la existencia de contactos, Total no ha planteado aún una oferta formal, indicaron varias personas. En el mismo sentido informó al comité (aunque sin identificar al grupo interesado) la dirección de la empresa, explicaron ayer medios sindicales a la plantilla.
Entre los trabajadores existe la creencia de que algún grupo (sin especificar si pudiera ser Total u otro) podría estar interesado en el negocio de comercialización de EDP para el mercado doméstico, formado por hogares, pequeños negocios y autónomos. Un miembro de la dirección, preguntado sobre ello por representantes laborales, expresó que en este momento no hay ningún trámite ni proceso de venta de activos en España y, según dijeron ayer varios sindicatos a la plantilla, se les habría transmitido en ese encuentro que no debe haber motivo de inquietud al respecto dado que el negocio de comercialización de energía en el mercado doméstico es una actividad rentable, que ha crecido en volumen de negocio y en margen de beneficio.
Por estas y otras consideraciones, fuentes consultadas se expresaron muy escépticas sobre la eventualidad de que EDP pudiera renunciar a este negocio.
Según lo manifestado ayer por Teixeira a los empleados, EDP "tiene la obligación" de escuchar ofertas si se producen y valorar en ese caso si es más rentable vender un determinado activo o conservarlo. Actualmente el grupo energético está en un proceso denominado de "rotación de activos" con ventas estimadas en su plan estratégico por 6.500 millones e inversiones previstas por 12.000 millones para aumentar la rentabilidad y reducir la dependencia de determinados mercados y negocios a los que esté muy expuesto.
EDP ganó el año pasado 519 millones, el 1% menos. Esta caída (aunque el beneficio recurrente mejoró el 7%) se atribuyó a las pérdidas por segundo año en Portugal (por el mantenimiento de un contexto regulatorio y fiscal adverso y la escasez de lluvia en la península, lo que redujo la producción hidráulica el 25%), una provisión de 86 millones de euros para la presa de Fridão y el reconocimiento de un deterioro de 297 millones de euros en centrales térmicas de carbón en la península Ibérica "debido al deterioro de las condiciones del mercado" y al aumento de los precios del CO2. Estos factores negativos se vieron compensados por el gran resultado obtenido renovables. La filial EDP Renováveis acrecentó su ganancia el 52%.
