Religión

Un convento de Valencia se cierra a las visitas guiadas por las molestias de los turistas

La comunidad de religiosas que habita el Convento de la Trinidad, con máxima protección como Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural, asegura que se reabrirá pero no fija fecha

Convento de la Trinidad, vista desde el puente de la Trinidad

Convento de la Trinidad, vista desde el puente de la Trinidad / LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS

Cerrojazo a las visitas guiadas al Convento de la Trinidad de València, edificio gótico de máxima protección patrimonial como Monumento Histórico Nacional Bien de Interés Cultural. El imponente monasterio gótico que ocupa la esquina de la calle Alboraia con la calle Trinidad, en la marginal izquierda Jardín del Turia, ha suspendido "sine die" las visitas guiadas a pesar de la alta demanda y de que el teléfono de la empresa ("Ars Magna") que hasta ahora tenía el contrato de exclusividad para las visitas no para de recibir llamadas para visitar el convento. La empresa lleva tiempo intentando recuperar la interlocución con el arzobispado para poder retomar las visitas, hasta ahora sin éxito.

La posiblidad de acceder al interior del edificio queda limitada a los martes, cuando se celebra la eucaristía, y se reduce únicamente a la iglesia, según informó a este diario una de las religiosas de la congregación Siervas del Hogar de la Madre que lo habitan desde hace unos años.

El antiguo cenobio de clausura se abrió a las visitas en 2013 por decisión de las monjas clarisas, que lo habitaron de manera ininterrumpida desde el siglo XV. Tras el traslado, por decisión del Arzobispado avalada por el Vaticano, en 2014 de las últimas clarisas, ya nonagenarias, a otro convento más moderno del centro, las visitas quedaron interrumpidas. Se retomaron por parte de la misma empresa gestora en 2016, pese a que el Arzobispado todavía no había encontrado una congregación religiosa que quisiera instalarse en la Trinidad. Entonces se abrieron nuevas zonas al público como las cocinas, que se mantienen tal como eran en el siglo XV, y el refectorio. Se podía visitar incluso parte de la zona de clausura (no las celdas) y también el claustro de doble altura o el relicario.

Apertura exigida por ley

Tras la marcha de las últimas clarisas de la Trinidad, el Arzobispado tomó las riendas del edificio. Tras cuatro años sin habitar, en 2018 cinco religiosas de la congregación de las Siervas del Hogar de la Madre llegadas de Torrent se instalaron en el monasterio. Las reticencias de las nuevas religiosas a las visitas turísticas por las molestias que generaban estarían detrás de la rescisión del contrato de exclusividad que tenía Ars Magna, con varios años de experiencia en la gestión cultural de espacios como el Colegio del Patriarca, San Juan de Dios o la iglesia de Santa Catalina, espacios que en algunos casos se han abierto no solo a las visitas también a otras manifestaciones artísticas como conciertos de música clásica o sacra. Mientras otras congregaciones religiosas se adaptan a los nuevos tiempos y aprovechan el tirón de su patrimonio histórico para generar ingresos, en el Monasterio de la Trinidad no hay prisa en reabrir a las visitas.

Las religiosas aseguran a este diario que está previsto reabrir pero no concretan fecha. Tampoco en el arzobispado pudieron concretar ayer si el monasterio volverá a abrir sus puertas al público, como exige por otro lado la ley de Patrimonio histórico valenciano con los bienes protegidos cuyos propietarios están obligados a abrirlos al público y establecer un régimen de visitas. El artículo 32 de la citada ley establece que "para hacer posible el adecuado conocimiento y difusión pública de los bienes del patrimonio cultural valenciano, los propietarios y poseedores por cualquier título de bienes inmuebles declarados de interés cultural deberán facilitar la visita pública de éstos, al menos, durante cuatro días al mes, en días y horario predeterminados, que se harán públicos con la difusión adecuada tanto en medios de comunicación como en centros de información turística y cultural". Una obligación que, con todo, puede ser dispensada "por causa justificada" por la Consejería de Cultura.

Reformas y traslado del archivo

El convento de la Trinidad necesita desde hace tiempo una intervención para acondicionar el edificio a los nuevos usos y dotarlo de comodidades modernas de las que carece ya que el edificio está prácticamente como estaba en el siglo XV. El arzobispado tiene intención de habilitar el edificio, al menos una parte, para trasladar allí el archivo diocesano.

La fundación del convento de la Trinidad fue realizada por la reina María de Castilla, esposa de Alfonso V el Magnánimo, tía de Isabel la Católica y regente del reino durante la larga ausencia de su marido, sobre el solar de un convento trinitario establecido en 1256. En1444 el monasterio fue ocupado por las religiosas Clarisas por expreso deseo de la reina María, que quería disponer de un lugar de retiro junto al vecino Palacio Real, donde vivía la reina que tenía estancias propias en el monasterio donde además quiso ser enterrada, lo que convierte al monasterio de la Trinidad en el único Panteón Real valenciano. El monasterio, donde también está enterrada María de Aragón, hija ilegítima de Fernando el Católico, que ingresó en el convento a los cinco años y falleció a los 29, alcanzó su época de máximo esplendor en la etapa de Isabel de Villena, una de las grandes escritoras valencianas, como abadesa, cuando el cenobio tuvo gran influencia en la vida cultural de la ciudad.

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