Josep Piqué regresó al pasado. El ministro de Industria (1996-2000) que privatizó la antigua Ensidesa y Ence, que puso fecha de cierre a Hunosa y que activó los fondos mineros, clausuró ayer la asamblea de FADE. Tras escuchar las intervenciones del presidente del Principado, Adrián Barbón, y del presidente de la patronal asturiana, Belarmino Feito, apuntó que muchos de los problemas e inquietudes planteados sobre la industria asturiana "ya los hablábamos hace 20 años". Añadió que "desafortunadamente muchos de ellos todavía no están del todo resueltos y cuando oigo esa reclamación absolutamente justa de un estatuto para las industrias electrointensivas me vienen a la mente muchos recuerdos".

Piqué pronunció una conferencia sobre el escenario global tras la pandemia en la que señaló que, pese al fuerte impacto del coronavirus, "las grandes megatendencias como la globalización o la digitalización seguirán ahí".

El cónclave anual de los empresarios asturianos puso de manifestó ayer que, además de por los efectos de la crisis sanitaria y económica derivada del covid-19, el colectivo está vivamente preocupado por las dificultades estructurales que atraviesa la industria regional y también por el desafío que supone que Asturias sepa aprovechar la "oportunidad irrepetible" que, en palabras de Belarmino Feito, presidente de la FADE, suponen los nuevos fondos europeos que llegarán a partir de 2021. Al clausurar la asamblea de la patronal, celebrada por vía telemática, Feito instó a que ese dinero se centre en "la transformación de la economía asturiana en una más productiva, competitiva y resiliente". "Tenemos muy claro -añadió el líder empresarial- que la empresa debe convertirse en el foco principal de esos fondos". El presidente del Principado, Adrián Barbón, que intervino en el mismo acto, respondió con la oferta de un "acuerdo de país" para modernizar la región.

"Debemos evitar errores del pasado y destinar esos recursos a inyectar actividad y empleo en nuestro sistema productivo; hay que cambiar la filosofía de concepción de proyectos y la metodología de empleo de los recursos, y debemos hacerlo rápido y de la forma más eficaz posible", expuso Belarmino Feito sobre la forma en que, a juicio de la patronal, debe gobernarse el dinero que llegue de Europa (fondos verdes para compensar los cierres de minas y térmicas y otros del plan de reconstrucción comunitario). La alusión a "los errores del pasado" cabe interpretarla como una referencia a la gestión de los fondos mineros desde 1998, que incluyeron desembolsos multimillonarios en equipamientos e infraestructuras hoy sin uso y también subvenciones cuantiosas a proyectos empresariales que en algunos casos fracasaron una vez consumido el dinero público.

"La lluvia de fondos europeos no será la tabla de salvación de nuestra pequeña economía, salvo que identifiquemos aquellos proyectos que son críticos para la región y que sepamos potenciar el efecto multiplicador que estos recursos pueden proporcionarnos", dijo también Belarmino Feito. Ese dinero de Europa es visto como una oportunidad para hacer frente a las dos crisis superpuestas de Asturias: por un lado la recesión coyuntural (la del covid) y por otro las dificultades "estructurales" que arrastra la región. Particularmente, las referidas a las industrias básicas asturianas y al impacto de la descarbonización.

"El Gobierno de España -dijo Feito en referencia las políticas energética e industrial- ha marcado una hoja de ruta que puede ser letal para la industria". Puede serlo, añadió, porque "no se toman decisiones que solventen los problemas industriales de Asturias". Feito añadió una relación de "necesidades": "repensar nuestro potente sistema de generación de energía hacia otro más limpio"; una estrategia "que impulse la mutación de un sector (fabril) muy especializado en líneas de producto y nichos concretos hacia otros relacionados con las producciones y las tecnologías del futuro" o la aprobación de un arancel ambiental europeo ("ajuste en frontera") frente a la competencia de productores ajenos a la UE y con regulaciones ecológicas mucho menos exigentes.

Y el líder de FADE dejó ver el hartazgo de las empresas por la demora en las medidas para abaratar los actuales precios eléctricos de la gran industria, que minan su competitividad y sus opciones de futuro. "Voy a decirlo con ocho palabras: ¡Estatuto para la industria electrointensiva ya, por favor!", afirmó sobre una norma comprometida hace dos años por el Gobierno central y aún sin aprobar. El presidente del Principado, Adrián Barbón, se sumaría luego a esa denuncia al calificar como "inaceptables" los retrasos en el citado estatuto.

Barbón inició su discurso destacando la "necesidad imperiosa de entendimiento social y político para afrontar los grandes retos" de Asturias, entre los que destacó la transición energética, la demografía, la conclusión de comunicaciones y la financiación autonómica.