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Duro negoció con la SEPI el cobro urgente de 20 millones en cuanto fuera oficial el rescate

La recapitalización precisa que la aprueben antes los accionistas | El grupo prevé ingresar 40 millones con la cesión de litigios a un fondo

Última junta general de accionistas de Duro, celebrada en octubre.

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que rescatará a Duro Felguera con 120 millones si el Consejo de Ministros ratifica –como se espera– la propuesta favorable decidida anteayer por el consejo gestor del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, podría desembolsar con carácter inmediato 20 millones a la ingeniería, una vez que el rescate entre en vigor, con el fin de aliviar con urgencia su situación crítica. Esta es una de las medidas que negociaron en los últimos meses la empresa y la SEPI en el diseño de la operación.

Junto con esta movilización de recursos, la compañía ha firmado la cesión al fondo estadounidense Fortress de los derechos de cobro de diversos litigios y arbitrajes que la compañía tiene planteados a algunos clientes en nueve proyectos por 638 millones, lo que reportará un pago inicial de Fortress a Duro por un monto de 40 millones.

Pago a la banca. Estas aportaciones permitirán a la compañía afrontar sus necesidades de liquidez y pagar a los bancos 17 millones como amortización de su deuda (que bajará así de los 85 a los 68 millones) y cuya reducción es condición del pacto suscrito con el sindicato bancario, que se ha comprometido, a cambio, y bajo la premisa de la entrada de la SEPI y en su caso de otros inversores en el capital del grupo asturiano, a refinaciar la deuda resultante, con ampliación de plazos, y a conceder a la ingeniería una línea de avales por 80 millones, cuyo riesgo será cubierto en el 70% de ese importe (56 millones) por la aseguradora de mayoría pública Cesce. Esta nueva línea de garantías bancarias, que es vital para contratar nuevos proyectos, solventará una carencia crucial que Duro arrastra desde 2016.

La situación de Duro Felguera, que el año pasado perdió 171,6 millones, es extremadamente crítica: está en posición neta patrimonial negativa (–150,19 millones), tiene un fondo de maniobra (–204,1 millones) y un “ebitda” (–138,2 millones) también negativos, y estaría en causa de disolución (su patrimonio neto es inferior a la mitad del capital social) de no ser por la legislación extraordinario dictada para afrontar la crisis del covid. También ha alertado de estrecheces de liquidez.

La SEPI, que no tiene vocación de perpetuarse como accionista, aportará por ello a Duro los 120 millones de modo temporal. De ellos, 30 millones lo serán como inyección de capital; 20 millones, como crédito ordinario y 70 millones, como préstamo participativo. Según el esquema en el que trabajaron las partes, los 20 millones que adelantaría la SEPI con prontitud procederían de los 70 millones del préstamo participativo. Los 50 millones restantes se desembolsarían en mayo. A estas cifras se sumarán los 20 millones del crédito ordinario hasta totalizar los 120 millones.

Ampliación de capital. La materialización de la ampliación de capital, que será suscrita por la SEPI con la aportación de 30 millones (y en su caso también por el inversor privado que se pretende incorporar al accionariado de la empresa gijonesa) se demorará: precisará la celebración de una junta general de accionistas de la ingeniería, que, previa convocatoria respetando los plazos legales, deberá autorizar la emisión de nuevas acciones de la sociedad y la renuncia al derecho de suscripción preferente por los actuales accionistas de la compañía con el fin de que sea cubierta íntegramente por los nuevos socios que se incorporen. Cuando Duro pidió el rescate, el pasado agosto, la empresa valía en Bolsa 36,96 millones y la aportación de la SEPI le hubiera reportado una participación del 44,8% en el capital de Duro. La remontada protagonizada en el parqué por la compañía ante la expectativa de que se materialice el rescate, ha revalorizado la empresa hasta los 126,72 millones, con lo que, al precio de del cierre de ayer, la SEPI controlará en torno al 20%, en una compañía en una gran orfandad de accionistas de referencia y cuyo actual mayor partícipe (la ingeniería gijonesa TSK) tiene el 3,124%

Bolsa. Duro Felguera volvió a protagonizar ayer otra carrera alcista, con una subida que llegó a ser del 22,95% (hasta los 1,5 euros por acción), aunque en el tramo final de la sesión se impuso la recogida de beneficios y la revalorización se atenuó hasta los 1,32 euros, con lo que consolidó una subida del 8,2%. La cotización del cierre de ayer es la más alta desde agosto de 2018, inmediatamente después de la última refinanciación de la deuda y ampliación de capital.

Según el esquema de rescate en el que se trabajó, el préstamo participativo debería ser devuelto por Duro a la SEPI entre 2024 y 2005 con los recursos que obtenga de una nueva ampliación que acometerá entonces con la colocación de acciones entre inversores institucionales y en el mercado minorista. La SEPI saldrá del accionariado con la venta de acciones una vez que se recupere el negocio de la compañía.

Respaldo casi unánime de patronales, sindicatos y partidos a que entre el Estado

El rescate público de Duro Felguera, pendiente de su ratificación por el Consejo de Ministros tras el pronunciamiento favorable de la SEPI y los ministerios económicos, recibió ayer el respaldo casi unánime de patronales, sindicatos y partidos políticos asturianos.

Belarmino Feito, presidente de la patronal asturiana (FADE), expresó que “Duro es una empresa muy importante para Asturias que ha sido considerada como estratégica. Esperamos que el Consejo de Ministros ratifique, cuanto antes, la decisión de la SEPI para evitar que la compañía siga deteriorando su situación financiera”. También pidió que “cristalice el acuerdo con los bancos acreedores como condición imprescindible para garantizar la viabilidad”.

El presidente de la patronal metalúrgica regional (Femetal), Guillermo Ulacia, consideró que es “una muy buena noticia”, calificó a Duro de “empresa estratégica y viable” y deseó que “esta decisión sea ratificada por el Gobierno”. “A continuación”, dijo, “lo más importante es que Duro dé a conocer el plan estratégico con el que pretende recuperar la perspectiva tecnológica e industrial”.

Damián Manzano, secretario general de la Federación de Industria de CC OO, manifestó que esta operación “debe ser un punto de inflexión” y demandó que, “una vez que la SEPI tome las riendas, se nombre un equipo gestor solvente que elabore un plan industrial que garantice el futuro del grupo, el empleo y la asturianidad de la empresa”. “Se empieza a ver la luz al final del túnel tras mucho tiempo realizando movilizaciones para pedir que se garantizase la viabilidad de la empresa”, dijo el secretario general de MCA-UGT, Jenaro Martínez. Y confió en “un buen futuro para una empresa emblemática y fundamental”.

Partidos políticos

Dolores Carcedo, portavoz socialista en la Junta General del Principado, manifestó que “la viabilidad de Duro es una buena noticia para la empresa, los trabajadores y la industria asturiana”.

Álvaro Queipo, secretario general del PP, se mostró “satisfecho con la decisión de asegurar la supervivencia de una empresa vital para el sector industrial asturiano y que es un símbolo de Asturias”. “Tenemos plena confianza en que Duro sabrá aprovechar este empujón para crecer y generar empleo y riqueza en la región”.

“Como formación liberal, no somos partidarios de que las empresas privadas sean intervenidas con fondos públicos, pero, dada la crisis sanitaria y económica que estamos viviendo, entendemos que se adopten medidas excepcionales y temporales”, declaró Susana Fernández, portavoz de Ciudadanos en la Junta General. “Lo que sí esperamos”, matizó, “es que la intervención de la SEPI y el Principado sirva para dotar a la empresa de las condiciones mínimas que garanticen la viabilidad de la actividad y el empleo, y no solo para sustituir una gestión inviable privada por otra pública”.

Para Ángela Vallina, portavoz parlamentaria de Izquierda Unida, también “es una buena noticia”. “Llevábamos mucho tiempo diciendo que era necesario que la SEPI se implicara. Una firma como Duro tiene también un valor simbólico para la marca Asturias e incluso para la marca España, sobre todo porque el sector industrial tiene que ser una pieza fundamental del tejido productivo”.

Daniel Ripa, secretario general de Podemos, pidió que “la SEPI se quede a largo plazo para modernizar esta empresa y acometer nuevos proyectos”. “Duro debe convertirse en una gran ingeniería pública puntera para hacer grandes transformaciones en la economía. Y hay que ampliar esta fórmula a otras empresas para evitar que en nuestras compañías entren fondos buitres y chatarreros de la industria”.

“Asturias no se puede permitir que una empresa como Duro Felguera caiga, ni en términos de empleo y PIB, ni por los efectos que esto tendría sobre la autoestima de nuestra tierra. Llevamos mucho tiempo demandando una solución para Duro”, dijo el secretario general y portavoz parlamentario de Foro Asturias en la Junta, Adrián Pumares.

Ignacio Blanco, portavoz de Vox, fue crítico. “No somos partidarios de nacionalizaciones: no funcionaron con la naval, ni con la industria, ni con las eléctricas, ni con las líneas aéreas”. “Con una reducción de los seguros sociales, Duro no necesitaría rescates públicos. Cobrar muchos impuestos para destinarlos a rescatar empresas no tiene lógica alguna”, sentenció.

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