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La inversión para descarbonizar Arcelor en Asturias afectará a todos los talleres

El plan industrial irá acompañado de un programa de formación para 5.000 trabajadores con el que se abordará la transformación tecnológica

Hornos altos de Arcelor en Gijón.

La inversión para descarbonizar la siderurgia asturiana será de tal calado que afectará al conjunto de los talleres de ArcelorMittal en Asturias y obligará a formar a toda la plantilla para asumir nuevas funciones. Supondrá “la transformación de la cabecera” siderúrgica, según apuntaron fuentes de la compañía, y tendrá efectos aguas abajo en todas las instalaciones de la multinacional en la región.

La dirección de ArcelorMittal y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, anunciarán la inversión en julio. La concreción del plan industrial está pendiente del visto bueno de la cúpula de la compañía en Luxemburgo. No obstante, sea cual sea la ruta a seguir, la inversión será “multimillonaria” y afectará al conjunto de las instalaciones de la compañía.

Los principales cambios se centrarán en la cabecera siderúrgica, donde se generan la mayor parte de las emisiones de CO2. Las soluciones que se tomarán tendrán como objetivo cumplir las metas de reducción de emisiones a medio y largo plazo. La primera meta a cumplir es una rebaja del 30% de las emisiones en 2030, pero según comunicó la empresa a los representantes de los trabajadores no se descarta alinear los objetivos de descarbonización de la compañía con los acordados por las instituciones europeas, que elevan el recorte hasta el 55%.

Esas metas son inalcanzables manteniendo en funcionamiento los dos hornos altos de Gijón, que consumen carbón. Por ese motivo se da por descartada la reforma del horno alto “A”, cuya vida útil finaliza en 2024 y su actualización supondría una inversión de más de 50 millones de euros sin aportar una reducción significativa de emisiones. Para sustituir el alto horno “A” se plantean dos costosas alternativas. La primera pasa por la construcción de una nueva planta siderúrgica con horno de arco eléctrico que utilizaría como materia prima chatarra y que se alimentaria con energías renovables para no generar emisiones. Esta es la vía del acero reciclado. La otra es la vía del acero verde. Aquí la materia prima no es chatarra, es mineral de hierro, y la tecnología a aplicar es la denominada DRI, de reducción directa de mineral de hierro pero aplicando hidrógeno verde –que es el obtenido a partir de energías renovables– en vez de gas natural y utilizando horno de arco eléctrico.

El final de la vida útil del horno A, en 2024, y los plazos de los fondos europeos marcan el ritmo

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El otro horno alto, el “B”, que fue reformado en 2019 y en el que se introdujeron mejoras este año para reducir emisiones (con el aprovechamiento de gases residuales de las baterías de coque) se mantendría activo. No obstante se estudia la aplicación de nuevas mejoras de recorte de emisiones que pasarían por el uso de combustibles alternativos al carbón de coque (como puede ser la biomasa o el hidrógeno verde) o la captura de CO2 para su posterior aprovechamiento como combustible tras un proceso químico.

Estas medidas irán incluidas en un plan industrial que afectará al conjunto de los talleres en Asturias y a su fuerza laboral, “tanto en número como en capacitación”, según fuentes de ArcelorMittal. Por eso, junto al plan industrial se negociará un plan social que la compañía espera tener aprobado en septiembre. No quiere perder tiempo puesto que en 2024 el horno alto “A” estará fuera del periodo de vida útil y se puede perder la mitad de la actual capacidad de producción. Además, tanto la compañía como los gobiernos de España y Asturias confían en que la inversión “multimillonaria” se pueda financiar con fondos europeos y los procedentes del plan de recuperación son para el periodo 2021-2023. La obtención de esos fondos europeos podría estar condicionada a compromisos laborales de mantenimiento o incluso de generación de puestos de trabajo. Por eso la compañía ha paralizado los contratos relevo –lo que ha generado un conflicto en la empresa– a la espera de despejar el proceso de descarbonización.

Los sindicatos sospechan que en el plan social se van a incluir nuevos ajustes de personal y desde la compañía se ha garantizado que no habrá “salidas traumáticas”. En ese plan social también se incluirá un ambicioso plan de formación y recualificación que afectará al conjunto de la plantilla de ArcelorMittal en Asturias, formada por caso 5.000 trabajadores. La introducción de nuevas tecnologías en la cabecera siderúrgica irá acompañada de nuevas automatizaciones en los talleres que obligarán al personal a asumir nuevas competencias.

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