El precio del litro de gasolina de 95 octanos, la más consumida, ya supera la barrera de los dos euros en las estaciones de servicio de Asturias. En tres gasolineras de la región (en Proaza, Luarca y Almuña) se vendía ayer el litro a entre 2 y 2,009 euros. El gasoleo A también está a punto de derribar ese histórico listón. Una estación de Corvera ya tenía el precio de 1,999 euros en sus surtidores.
El precio de los combustibles sigue batiendo récords en Asturias al calor de la guerra en Ucrania. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, el precio medio de la gasolina de 95 está situado en 1,809 euros, lo que supone un incremento del 35,3% con respecto a hace un año. Llenar un depósito de capacidad media (55 litros) cuesta ahora 99,49 euros, a punto de superar otra barrera psicológica, la de los 100 euros.
Ante esta acumulación de marcas históricas, los transportistas comienzan a movilizarse para exigir ayuda al Gobierno. La Plataforma para la Defensa del Sector de Mercancías por Carretera ha convocado un paro “indefinido” en el sector a partir del próximo 14 de marzo. La asociación asturiana UITA (Unión Independiente de Transportistas Autónomos), con cerca de 1.300 socios, ya ha anunciado que respaldará una huelga que se extiende a “todo tipo de transporte y de toda clase de ámbito”. Sin embargo, desde Cesintra y Asetra, las patronales mayoritarias en Asturias, señalan que no secundarán los paros, aunque entienden que el sector se enfrenta a una situación “crítica”.
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La Plataforma, que agrupa a empresas y autónomos de todo el país, insta al Gobierno a sentarse a negociar con sus representantes para paliar el efecto que la subida de los combustibles está teniendo en el sector. Solo si se alcanzan acuerdos se desconvocarían unos paros que amenazan con el desabastecimiento. “El 90% de las empresas de transporte nos encontramos en una situación económica de quiebra total, al igual que las condiciones laborales son de total precariedad en todos los sentidos”, denuncian desde la Plataforma.
El presidente de UITA, José Fernández, señaló que se trata de “un paro por inanición”. Apuntó que espera que la huelga sea secundada por la práctica totalidad del sector porque la situación es “insostenible”. Para los convocantes de la huelga no es suficiente que el Consejo de Ministros aprobara el pasado 1 de marzo el Real Decreto-Ley al que se comprometió el Gobierno con las principales asociaciones del sector en diciembre. Dicho real decreto recoge la prohibición de que los transportistas realicen las labores en los centros de carga y descarga, así como el derecho a repercutir en los contratos el impacto de las subidas del gasóleo habidas en el último año. Unas subidas de los carburantes que se han disparado en las últimas semanas. Tanto las patronales Cesintra como Asetra se niegan a apoyar los paros debido a la reciente publicación del Real Decreto y piden respeto para los transportistas que decidan trabajar.
