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El tercer pez grande que se come Armón

La compra de Barreras es similar a las operaciones de Santodomingo y Juliana, astilleros que daban los últimos coletazos y que se reflotaron

El dique seco de las instalaciones de Armón Gijón, el antiguo Juliana. Ángel González

Armón, que durante décadas fue uno de los peces chicos del sector naval asturiano, se ha convertido en un gigante engullendo peces grandes en peligro de extinción. El último, Hijos de J. Barreras, el mayor astillero privado de España.

Astilleros Armón nació como cooperativa en 1963 e inauguró en 1965 sus primeras instalaciones en la margen derecha de la ría de Navia. Constaban de una pequeña nave dedicada a taller de carpintería y de un carro-varadero capaz de construir dos buques al mismo tiempo. La compañía sigue con el ancla en Navia. Allí continúa su sede. Pero, tras sucesivas expansiones, apertura de nuevos astilleros y, sobre todo, adquisiciones de empresas en dificultades, dispondrá de más de 300.000 metros cuadrados de instalaciones fabriles con once gradas para la construcción de buques en Asturias y Galicia. Acaba de atar su última operación, la compra por 14,7 millones de euros de Hijos de J. Barreras en Vigo. Engulle un tercer pez grande. Antes había comido y digerido con éxito Construcciones Navales Santodomingo en Vigo y la antigua Juliana Constructora Gijonesa, astilleros que cuando se hizo con ellos eran mayores que cualquiera de las instalaciones del grupo naviego.

Armón, al igual que el otro constructor naval del occidente de Asturias, Gondán –que también pujó por Barreras–, creció a la sombra de los grandes astilleros industriales de Asturias. “Éramos los otros astilleros asturianos, los que no daban problemas”, suelen destacar Álvaro Platero, presidente de Gondán, y Laudelino Alperi, consejero delegado de Armón. La crisis del petróleo de los años ochenta del pasado siglo (que frenó la demanda de grandes barcos), la competencia de los constructores asiáticos y los excesos de capacidad lastraron a los grandes astilleros hasta hundir a muchos de ellos. Mientras tanto, Armón seguía a flote, centrado primero en pequeños barcos de pesca y después penetrando en diferentes nichos de mercado haciendo buques a medida. Cada vez más grandes y más sofisticados. “Como las especies, hemos ido evolucionando para adaptarnos al mercado”, destaca siempre Alperi. Esa evolución requirió de nuevas instalaciones. Se amplió Navia, se creó el astillero de lanchas rápidas de Puerto de Vega y la expansión llegó a Galicia con la apertura del astillero de Burela. No era suficiente. Había mercado para seguir creciendo y la nueva estrategia consistió en comerse a los peces grandes del sector cuando daban sus últimos coletazos y ya habían perdido peso, y reflotarlos.

Construcciones Navales Santodomingo. En 1999 se constituyó Armón Vigo tras adquirir el grupo asturiano Construcciones Navales Santodomingo. Este astillero vigués, con gradas para albergar buques de hasta 120 metros de eslora, permitió a Armón dar un salto de escala. Construcciones Navales Santodomingo había presentado en los juzgados de Vigo suspensión de pagos en 1998 al caer en una situación de desequilibrio patrimonial. Se subastaron la casi totalidad de los bienes y fueron adjudicados a los trabajadores, que antes de asumirlos los cedieron a su vez a Armón (una fórmula de transmisión denominada cesión del remate). Armón se comprometió a contratar a más de 70 de los 274 trabajadores que tenía Santodomingo.

Juliana Constructora Gijonesa. El histórico astillero del barrio gijonés del Natahoyo, tras pasar por las manos de sociedad vasca Euskalduna, participó en la fusión que dio lugar en 1969 a Astilleros Españoles (AESA) bajo la tutela del INI. Luego, como el resto de astilleros públicos, formó parte del grupo Izar hasta su privatización en 2006. La viguesa Factorías Vulcano se hizo con las instalaciones y en un tiempo récord acumuló una deuda que la llevó a la liquidación tras fuertes recortes de plantilla en el que había sido el astillero asturiano con más trabajadores (superó el millar en la década de los ochenta). Armón compró el astillero gijonés en 2010 por 14 millones de euros y sin un compromiso firme de recolocaciones. En 2011 se creó Armón Gijón, el que hasta ahora era el mayor astillero del grupo y el dedicado a los barcos de mayor porte.

Hijos de J. Barreras. El modelo de las operaciones de Santodomingo y Juliana se ha repetido con Hijos de J. Barreras. El astillero vigués, situado en terrenos anexos a Armón Vigo, estaba en quiebra y los administradores concursales se decantaron por la oferta de adquisición del grupo de Navia, decisión que el martes ratificó la titular del juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra. Armón pagará por Barreras 14,7 millones de euros y se ha comprometido a quedarse con 20 de los 121 trabajadores que le quedan al astillero. Fuentes de Armón señalaron que con Barreras el grupo podrá acceder a nuevos segmentos de mercado y tipos de buque, como grandes ferris para pasaje y carga rodada. Un nuevo salto de escala que lo sitúa entre los grandes constructores europeos.

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