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La empresa familiar asturiana afirma que los impuestos lastran su competitividad

“Deben eliminarse las trabas a la sucesión”, afirma el presidente de Aefas, que reclama menos burocracia y más ejecución presupuestaria

Por la derecha, Samuel Trabanco, Ricardo Cabeza y Tino Cortina se dan la mano en presencia del moderador de la mesa, Juan Manuel Ballesteros.. | Irma Collín

Las empresas familiares quieren seguir siendo el principal engranaje que mueve la economía asturiana. Ahora tienen el viento en contra de la inflación, de la rotura de la cadena de suministros y del alza de los tipos de interés, y por eso demandan al Gobierno regional se les quite lastres que no tienen las empresas de las regiones vecinas. “Las comunidades de nuestro entorno geográfico han mejorado la situación fiscal a las empresas familiares y nosotros quedamos en una posición peor, por eso reclamamos que no nos hagan ser menos competitivos por la situación tributaria”, señaló José María Salazar, presidente de la Asociación Asturiana de Empresa Familiar (Aefas), que también destacó la necesidad de eliminar burocracia y de que las administraciones ejecuten el 100% de sus presupuestos.

Aefas celebró ayer su asamblea anual en Sariego. “En Asturias más del 90% de las compañías son familiares, representamos casi el 80% del empleo privado y aportamos más del 60% del PIB regional”, señaló Salazar para destacar que “es imposible mirar al futuro económico de nuestra región sin tener en cuenta a la empresa familiar”. En presencia del consejero de Industria, Enrique Fernández, Salazar destacó que una de las principales áreas de actuación de Aefas es la continuidad de las empresas. “Necesitamos que nos ayuden, eliminando cualquier traba a la sucesión que esté en su mano. Las dificultades burocráticas con las que chocamos tan a menudo y una legislación que penaliza excesivamente la sucesión de las empresas familiares, no ayudan a su mantenimiento”, aseguró Salazar durante su discurso. A preguntas de LA NUEVA ESPAÑA, el presidente de Aefas concretó la necesidad de “ampliar las bonificaciones en el impuestos de sucesiones a familiares de cuarto, quinto y sexto grado, pensando en empresas que están en cuarta o quinta generación y en las que hay muchos primos implicados en el accionariado”.

Asistentes a la asamblea de la Asociación Asturiana de Empresa Familiar. | Irma Collín

La asamblea de Aefas se celebró entre toneles en un llagar de Sariego. En ese escenario no podía faltar una mesa de reflexión sobre las empresas familiares de la sidra y en el debate también surgió el tema fiscal ante los proyectos para eliminar el “tipo cero” al vino y la sidra dentro de impuesto a bebidas alcohólicas. “Nos preocupa y me parece que no se tiene en cuenta que la producción local tanto de uva como de manzana ayuda a fijar población en el medio rural”, señaló Ricardo Cabeza, director general de Grupo El Gaitero. “Se avecinan tiempos difíciles para las empresas familiares pequeñas y el impuesto sería otra zancadilla. Además, si se grava la sidra, corre el riesgo de dejar de ser una bebida popular”, afirmó Tino Cortina, director general de Sidra Cortina. Por su parte, Samuel Trabanco, director gerente de Sidra Trabanco y que ejercía de anfitrión, defendió el “tipo cero” para la sidra por “motivos socioculturales” y añadió que el reto del sector es abrir nuevos mercados en el exterior y llegar a nuevo nichos de consumidores para acabar con la competencia de precios en el mercado regional “que llevará a la destrucción de empresas”.

Antes de la mesa de la sidra, el director de la Asociación Empresa Familiar de Castilla y León, Eduardo Estévez, habló de su libro “Cómo sobrevivir en la empresa familiar” y destacó “la generosidad y la formación” como los atributos claves que deben tener los miembros de las familias empresarias para garantizar la continuidad de los negocios.

El consejero de Industria, Enrique Fernández, clausuró la asamblea. Animó a las empresas asturianas y al conjunto de la sociedad a creer en sus propias potencialidades para afrontar los desafíos presentes y futuros vinculados a la transformación tecnológica y ecológica. “Ante las incertidumbres de todo tipo, Asturias debe aprovechar, contra viento y marea, la oportunidad de los fondos europeos”, señaló Fernández.

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