"Además de una baja demografía, Asturias tiene una tasa de empleo (ocupados en relación a la población total) seis puntos porcentuales inferior a la media de España, que a su vez está diez puntos por debajo de la de Alemania. Aumentar la tasa de empleo es fundamental para incrementar la actividad y la capacidad de crecimiento, y para mejorarla son fundamentales las políticas activas de empleo", señaló ayer en Gijón el director general de Economía y Estadística del Banco de España, el luarqués Ángel Gavilán.

A juicio del economista asturiano, la idoneidad de las políticas activas de empleo no depende tanto de cuánto se gaste como de "su diseño" y "en España tiene un escaso peso la parte de dedicada a formación". Según Gavilán, las políticas activas de empleo son vitales para "elevar la empleabilidad de los trabajadores y los parados, bien en los sectores de los que proceden o en otros". "Uno de los objetivos de la política económica debería ser favorecer la reasignación sectorial porque hay sectores con mayores perspectivas de crecimiento y otros que se verán más perjudicados", indicó. A su juicio, España precisa, entre "otros retos", "incrementar el capital humano de los trabajadores y los empresarios, así como el capital tecnológico y la innovación, y corregir deficiencias en el marco institucional que limitan el crecimiento empresarial y generan inestabilidad".

Abogó por una gestión de los fondos europeos para llevar a cabo la transición ecológica y digital con criterios "muy rigurosos en la selección, ejecución y evaluación continua de los proyectos, y acompañar estas inversiones con reformas estructurales para incrementar el potencial transformador de las inversiones. Solo con poner dinero no resuelve el problema", sostuvo.

Los escasos datos disponibles del actual trimestre apuntan a que "el grado de dinamismo de la economía española está siendo similar al del tercero", cuando creció el 0,2%, por encima del 0,1% esperado, aunque muy por debajo del 1,5% del segundo trimestre. La previsión del Banco de España es que prosiga el dinamismo "relativamente reducido" por el contexto internacional, aunque parte de la premisa de que "la desaceleración es temporal", de modo que a partir de la primavera, cuando se disipen algunos factores internacionales adversos y se desplieguen los fondos europeos, se podrá producir "un vigor creciente de la actividad económica".

En principio, el Banco de España no prevé cambios importantes en sus predicciones cuando las actualice el mes próximo. "Nuestras previsiones apuntan a un crecimiento de España en 2023 en torno al 1,4% y esto es coherente con el mantenimiento del empleo y una tasa de paro relativamente estable en los niveles actuales".

La autoridad bancaria española también prevé "una moderación gradual de la inflación general y subyacente tras los máximos alcanzados en el tercer trimestre". No obstante, la estimación es que persista en el futuro en tasas "significativamente más elevadas y persistentes que las que se anticipaban unos meses atrás".

Gavilán, que intervino en un acto organizado por Caja Rural de Asturias y Llana Consultores, alertó de que las políticas fiscales expansivas pueden ser lo mismo que "echar gasolina al fuego" y pidió que sean temporales y para los segmentos más vulnerables. Juzgó "correcto" el ingreso mínimo vital.