Pepe Álvarez amenaza con "conflictividad" si no hay pacto en convenios

El líder estatal de UGT asegura que las empresas "pueden asumir" el aumento de las cotizaciones

Pepe Álvarez se dirige a los delegados de UGT en Asturias convocados ayer en Pruvia. En primera fila, el presidente del Principado, Adrián Barbón.

Pepe Álvarez se dirige a los delegados de UGT en Asturias convocados ayer en Pruvia. En primera fila, el presidente del Principado, Adrián Barbón. / Yago González

Yago González

Yago González

El secretario general de UGT, el asturiano Pepe Álvarez, advirtió ayer de que 2023 "será un año de alta conflictividad laboral" si la patronal CEOE "no se sienta a acordar con nosotros la actualización de los convenios colectivos". Patronal y sindicatos mantuvieron un encuentro el miércoles en Madrid, y se han citado de nuevo para la primera quincena de abril. Las centrales sindicales proponen una subida salarial del 13,25 % para el período 2022-2025, así como un cambio de la cláusula de garantía salarial que tenga en cuenta, además de la inflación, los beneficios empresariales.

"La reunión de ayer [por el miércoles] fue profundamente decepcionante, porque la patronal llevaba no sé cuántos días diciendo que tenían propuestas, y no puso ninguna sobre la mesa", reprochó Álvarez, que presidió ayer en Pruvia la asamblea de delegados de UGT en Asturias. "No nos vamos a conformar con que los convenios colectivos sigan perdiendo poder adquisitivo cuando los beneficios empresariales se multiplican hasta el infinito", advirtió el líder sindical.

Álvarez también criticó a la patronal y a los "poderes económicos" por oponerse a la reforma de las pensiones: "Lo que les molesta es que es un acuerdo que garantiza las pensiones para los jóvenes de hoy". A su juicio, el nuevo sistema incluye "un aumento de las cotizaciones muy gradual y muy razonable desde el punto de vista de la competitividad".

El presidente del Principado, Adrián Barbón, afirmó en su discurso de cierre del acto que existen dos vías: "Subir la base máxima de cotización a los salarios más altos o, al contrario, tolerar que las personas jubiladas pierdan poder adquisitivo. A mí no me cabe duda de cuál es el modelo que prefieren los 300.000 pensionistas asturianos".

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