"España aún tardará diez años en exportar energía verde", afirma la científica asturiana Beatriz Roldán

La física gijonesa, directora del Instituto Fritz Haber de Berlín, destacó en Oviedo la oportunidad que tiene Asturias de ser un nodo clave en hidrógeno

Beatriz Roldán, ayer, en la Facultad de Químicas, en Oviedo.

Beatriz Roldán, ayer, en la Facultad de Químicas, en Oviedo. / IRMA COLLIN

Yago González

Yago González

La física gijonesa Beatriz Roldán Cuenya, directora desde 2017 del Instituto Fritz Haber de Berlín (perteneciente a la Sociedad Max Planck, organización alemana de investigación científica que recibió el Premio Príncipe de Asturias en 2013), y nombrada "Asturiana del mes" de febrero de LA NUEVA ESPAÑA, advirtió ayer en Oviedo de que "España aún tardará al menos diez años en desarrollar las energías renovables necesarias para satisfacer su propia demanda energética, por lo que hasta entonces no será capaz de exportarlas a otros países". No obstante, Roldán añadió que "una vez que lo consiga, se convertirá en el primer proveedor de estas energías al resto de países europeos, dado su alto potencial fotovoltaico".

En una conferencia pronunciada en inglés en la Facultad de Química de la Universidad de Oviedo, Roldán lamentó que, "en comparación con Alemania, España comenzó muy tarde a desarrollar las tecnologías para la generación de energías renovables, y por ese motivo será muy difícil que cumpla con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París de 2016 para la reducción de emisiones de CO2". La gijonesa añadió, con un toque local, que "para que lo lograra haría falta un milagro de la Santina", y señaló que el país "tendría que duplicar sus instalaciones solares (es decir, añadir una potencia de 12 gigavatios) para reducir el consumo de gas". También criticó que el presupuesto en investigación y desarrollo (I+D) en España sea del 0,5% del PIB, "mientras que en Alemania es del 3,5%".

No obstante, Roldán destacó las oportunidades que tiene el país con el desarrollo de nuevos vectores como el hidrógeno verde, cuya generación es uno de los objetos de estudio del Instituto Fritz Haber. En concreto, tal como había explicado en una entrevista publicada por este diario el 26 de febrero, la científica aseguró que "el puerto de El Musel, en Gijón, podría convertirse en uno de los principales puntos de partida para trasladar hidrógeno al norte de Europa". Uno de los métodos para facilitar ese transporte del gas, explicó, es su conversión en amoniaco, ya que la mayor densidad de éste no exige el traslado en grandes hidroductos, como sucede en su estado original.

La física asturiana mostró su desconfianza hacia la biomasa como apuesta energética: "Es un atraso, porque por la escasez de agua y el avance de la desertización, todos los terrenos cultivables tendrán que utilizarse para cosechar alimentos". Y alertó de que "el problema de sequía que estamos sufriendo ahora en España lo van a tener muchos otros países".

Roldán también reivindicó la energía nuclear: "Muchos científicos creemos que el Gobierno alemán se equivocó al darle la espalda tras la crisis de Fukushima".

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