Energía nuclear

Una investigación de la Politécnica de Zamora apuesta por la reapertura de Garoña

El trabajo de fin de grado de Luke Murphy, estudiante de Ingeniería Mecánica, propone esta posibilidad gracias a reactores modulares

Exterior de la central nuclear de Garoña, en Burgos.

Exterior de la central nuclear de Garoña, en Burgos. / EP

B. Blanco García

La central nuclear de Santa María de Garoña cerró sus puertas en 2013, aunque ya se han barajado varias posibilidades para su reapertura. Desde la Escuela Politécnica Superior de Zamora, Luke Murphy, estudiante de Ingeniería Mecánica, ha dedicado su Trabajo de Fin de Grado (TFG) a presentar una posibilidad viable para esa vuelta a la actividad de la planta de Burgos gracias a reactores nucleares modulares (SMR), investigación que le ha valido una más que merecida matrícula de honor.

"España, al contrario de lo que se pueda pensar, es todo un referente en energía nuclear, tanto por sus profesionales como por la seguridad de la que pueden presumir las cinco centrales que ahora mismo están en funcionamiento", resume el estudiante, quien explica que el cierre de la central de Garoña se debió a que había finalizado su vida útil, que en España se fija en cuarenta años. "No es algo basado en criterios técnicos, sino que es el periodo mínimo para garantizar el retorno de la inversión inicial en las centrales, ya que es muy elevada, al tratarse de instalaciones muy complejas y con una gran plantilla", detalla.

Aprovechar la infraestructura

Por eso apostó por los SMR como reactivadores de esa planta, "ya que permitirían aprovechar la infraestructura sin someterla al reactor, que es el componente más sensible y que se desmantelaría con todas las garantías", apunta. Y es que todo el edificio y las instalaciones estarían en perfectas condiciones para seguir funcionando con estos reactores de menor tamaño "que no requieren tanto espacio y que son más flexibles".

De hecho, una de las principales ventajas de su propuesta radica en que, en vez de un solo reactor, se instalarían varios en equivalencia de potencia eléctrica, "pero, al ser múltiples unidades pequeñas, se puede apagar alguna o regular la capacidad de regeneración mejor que con la nuclear convencional", compara, lo que daría una segunda vida a las centrales nucleares, pero también térmicas, de carbón o de gas natural. "Cada vez que hay un cierre, que suele ser foco de empleo e industria, afecta directamente a la población, así que esto sería una posible solución", sugiere.

La energía nuclear siempre le ha parecido un área "fascinante" y, al no haber grados específicos sobre ella, decidió que los últimos seis meses de sus estudios en Zamora los dedicaría a investigar este área en uno de los campus que considera punteros en cuanto a formación de ingenieros.

Alternativa con futuro

Según la Organización Internacional de la Energía Atómica, un SMR es un reactor nuclear de potencia unitaria inferior a 300 megavatios. "No se trata de una tecnología novedosa porque, atendiendo a esta definición, la primera central nuclear de España, José Cabrera, tenía estas características", rememora el ingeniero, quien apunta que los SMR son fundamentales para el futuro de esta energía. "Se están construyendo centrales en Argentina o China, en Rusia ya existe SMR flotante operativo y todo el este de Europa está haciendo una apuesta firme por esta tecnología, más aún teniendo en cuenta la situación volátil con la guerra de Ucrania", argumenta.

A esta lista también se unen Estados Unidos y Canadá, donde, precisamente, se está desarrollando un proyecto parecido al que propone Murphy en su TFG para la reapertura de una central. "Uno de los grandes objetivos de esta tecnología es desmentir esa fama de inseguridad y falso sentido del peligro, fruto del desconocimiento", defiende. Además, con los SMR se evitan los principales inconvenientes que le han acompañado a la energía nuclear, como los elevados costes, aumentando también los "ya de por sí altos márgenes de seguridad, ya que se trata de tecnología que está en continua mejora", señala el irlandés.

Sobre la actual política energética en España, Murphy explica que no se contemplan nuevas centrales nucleares y que en 2035 se terminarían de desconectar de la red las que aún están activas, algo que no comparte, "teniendo en cuenta que la demanda de energía se incrementa".

Matrícula de honor

El interés por la investigación del alumnos de la Politécnica de Zamora hizo que el propio director general de Industria de la Junta, Jesús Jiménez, estuviera en la defensa del TFG, así que él mismo pudo comprobar de primera mano que esta investigación merecía esa matrícula de honor que finalmente obtuvo.

"Iba con las expectativas bajas, porque en ingeniería nunca se sabe, pero cuando el tribunal me dio la noticia, sentí un gran orgullo por que todos esos meses de trabajo habían merecido la pena", reconoce. No cierra ninguna puerta a su futuro profesional, pero tiene claro que le gustaría trabajar en el sector energético "ya sea en España o fuera", puesto que se trata de la especialidad que le hizo tener esta auténtica pasión por la ingeniería.

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