Emprendimiento

Reby entra en concurso de acreedores en plena demanda colectiva por impago de nóminas

Un juzgado de Barcelona admitió a trámite el pasado febrero una demanda en la que 13 exempleados de Reby reclaman a la empresa estos 65.000 euros en nóminas no pagadas en octubre, noviembre y, en algunos casos, diciembre

Dos usuarias de Reby con uno de sus patinetes en Barcelona el verano de 2019.

Dos usuarias de Reby con uno de sus patinetes en Barcelona el verano de 2019. / Elisenda Pons

Paula Clemente

Reby ha entrado oficialmente en concurso de acreedores. El grupo empresarial que cubre la actividad en Europa de esta ‘startup’ de patinetes eléctricos de uso compartidoReby Global, comenzó hace unos meses el procedimiento que se pone en marcha cuando una empresa no puede hacer frente a sus deudas y ya tiene administrador concursal adjudicado. De hecho, ya ha empezado a contactar a los extrabajadores para calcular a cuanto ascende la deuda total. Así, el engranaje se activa poco después de que la compañía haya encajado la primera resolución de un juicio en Estados Unidos que da vía libre al fondo canadiense que la iba a comprar por casi 100 millones de dólares para retirarse de la operación, en medio de acusaciones de deuda a proveedores en España e Italia por valor millonario y con una demanda por impago abierta por deber, presuntamente, en torno a 65.000 euros a varios de sus extrabajadores.

Según una serie de documentos a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, un juzgado de Barcelona admitió a trámite el pasado febrero una demanda en la que 13 exempleados de Reby reclaman a la empresa estos 65.000 euros en nóminas no pagadas en octubrenoviembre y, en algunos casos, diciembre del año pasado, así como algunos finiquitos. Este medio ya había explicado que había trabajadores que la acusaban de deber mensualidades, pero Reby mantuvo que esto no era así y que solo había aplicado un Expediente de Regulación Temporal del Empleo (ERTE).

No obstante, la demanda interpuesta por el abogado Jorge Soler versa en este sentido. “Desde el mes de octubre, [los responsables de la compañía] mencionaron que las empresas [Reby Rides y Reby Global] serían adquiridas por un fondo extranjero, el cual iba a invertir dinero en la empresa, pero llegó el final del mes de octubre de 2022 y no se abonó la nómina y lo mismo ocurrió con el mes de noviembre de 2022”, recoge el documento.

En un correo electrónico que mandó la dirección de la ‘startup’ a los trabajadores a finales de octubre, el retraso se relacionaba con un “tema coyuntural de tesorería”. “Aunque hemos estado trabajando estos días atrás hasta el último momento para no llegar a dicha situación, hace unos minutos nos han confirmado que una de las operaciones de financiación se va a demorar unos días”, explicaba entonces la empresa en un comunicado interno.

Problemas con su comprador

Por aquel entonces, a Reby se le había complicado un acuerdo que suponía la llegada de 40 millones de dólares (35 millones de euros) a su caja. House of Lithium, un fondo de inversión canadiense que había decidido comprar la compañía por unos 100 millones de dólares -mitad pagados en efectivo, mitad pagados en acciones- no estaba cumpliendo con los pagos, situación por la que Reby decidió demandarla en Delaware (Estados Unidos), donde esta empresa fundada en Barcelona tiene en realidad su sede. Según la reconstrucción de los hechos que hace la sentencia de este juicio, que ha dado la razón a House of Lithium en cuanto a su derecho a retirarse de la operación, este fondo estaba ya en julio “desesperado por encontrar cualquier excusa para salirse del acuerdo”.

Si este tribunal de Estados Unidos le da la razón es por haber encontrado flecos sueltos en el preacuerdo de compraventa, aunque, en el fallo, el juez dice tener motivos para cuestionar la credibilidad tanto del fundador de RebyPep Gómez, como del consejero delegado de House of LithiumKevin Taylor. La cuestión es que el supuesto comprador de la ‘startup’ ha encontrado un camino para no pagar los casi 100 millones de dólares a los que se había comprometido. Según varias fuentes consultadas, la intención de los demandantes, Reby y Restanca (el vehículo a través del cual Gómez gestiona sus inversiones), es apelar esta decisión judicial.

Deudas a proveedores

De todos modos, la sentencia agrava un problema financiero que va más allá de estos 65.000 euros que le reclaman algunos extrabajadores: en Italia, la empresa tecnológica napolitana K-City acusa a Reby de deber 2 millones, y en España, por ejemplo el centro especial de empleo para personas con discapacidad La Sonrisa de Guille le reclama 60.000 euros por servicios impagados. Esta asociación sin ánimo de lucro ha explicado a EL PERIÓDICO que ha tenido que despedir a dos personas por falta de liquidez y que está al borde de la quiebra. “Los hechos están en un juzgado de Barcelona, pero ni tan siquiera ellos pueden localizarlos”, explica un portavoz de este proyecto.

De momento, la compañía tampoco ha dado ningún paso en relación a la demanda colectiva que le acusa de haber dejado a deber una treintena de nóminas y cinco finiquitos (aunque a EL PERIÓDICO consta que han sido más y que hay trabajadores que decidieron no sumarse a la denuncia a la espera de que Reby oficializara el concurso y FOGASA se hiciera cargo de estas deudas). Según Pascual Soler, el bufete de abogados que lleva el caso, la 'startup' ni se presentó al procedimiento de conciliación, ni ha movido ficha en relación a un juicio que se ha fechado para junio de 2024.

Preguntados por este medio, la empresa y su fundador original, Pep Gómez, no han hecho comentarios al respecto. 

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