Inflación

Competencia constata que la no rebaja del IVA en el pescado impactó en su consumo

Fue la tercera categoría de alimentos más afectada: se compró un 9,1% menos en enero, tras entrar en vigor la medida del Gobierno, frente a la caída del 1,8% de la cesta global

Interior de la pescadería Virgen del Carmen, en Vigo.

Interior de la pescadería Virgen del Carmen, en Vigo. / Alba Villar

Jorge Garnelo

En enero de este año entró en vigor la rebaja del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) para determinados productos como la pasta o el aceite (del 10% al 5%), así como la supresión de dicho tributo en el caso de alimentos esenciales como el pan, la leche, el queso o los huevos (del 4% al 0%). La medida –adoptada para contener el impacto de la inflación en el bolsillo de los hogares españoles– se olvidó no obstante del pescado, y la decisión fue criticada desde el minuto uno por el sector del mar. Advirtió entonces, ya hace más de siete meses, que no contemplarlo afectaría a su consumo –además de constatar que se desaprovechaba la oportunidad de fomentar una dieta saludable entre la sociedad– y así fue. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) corroboró en su 'Estudio sobre la traslación de la reducción del IVA en el sector alimentario' que el mismo cayó solo en enero un 9,1%. Un porcentaje a tener en cuenta ya que la cesta en su conjunto bajó únicamente un 1,8%.

En concreto, el informe sitúa al pescado como la tercera categoría alimentaria más perjudicada. “El consumo de gran parte de los alimentos básicos se redujo, siendo las categorías de aceite, pescado y harinas y sémolas las que más disminuyeron”, consta en este sentido en el documento publicado. Para el aceite, el descenso fue del 9,9%, mientras que para las harinas y sémolas se elevó al 10%.

De igual manera, Competencia aprecia que en los primeros meses de 2023 hubo “variaciones significativas” en las familias de alimentos que compran los consumidores, con una mayor presencia de productos básicos –como por ejemplo el pan o el arroz– en contraposición a productos “más caros” –como carnes, pescados, frutas y verduras–. “Los anteriores cambios de hábitos de compra por parte de los consumidores, derivados del incremento de precios de los alimentos, han contribuido a moderar el impacto de los mayores precios alimentarios en el gasto de los hogares”, recoge la CNMC. En otras palabras, como detalla, la ciudadanía en general optó por comprar menos alimentos o alimentos más baratos para mantener su presupuesto y poder sortear los sobrecostes.

Por superficies, en lo que atañe a los establecimientos físicos, los locales tradicionales entre los que se incluyen negocios especializados como las fruterías, las carnicerías y las pescaderías fueron los menos escogidos por los consumidores para comprar (12,9%). A estos espacios se sobrepusieron los hipermercados (13,2%), pero también las tiendas de descuento (15,4%) y los supermercados y autoservicios (47,5%). El porcentaje restante está vinculado al canal online, que solo alcanzó el 2,4% de la cuota.

Un ejemplo a seguir

múltiples países adoptasen medidas para contener su encarecimiento
Francia

Suscríbete para seguir leyendo