El bloqueo europeo al carbón ruso dispara la reexportación desde Asturias

Los envíos marítimos de hulla importada desde varios puntos del globo y almacenada en la región crecen un 500% en la primera mitad del año

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Yago González

Yago González

Asturias está desempeñando un papel relevante en el enredado panorama energético y geopolítico que se desató hace año y medio con la guerra de Ucrania. Como castigo por la invasión militar, hace justo un año la Unión Europea decretó el embargo a las importaciones del carbón procedente de Rusia, que hasta entonces aportaba unos volúmenes considerables en el tráfico de mercancías del puerto gijonés de El Musel. Países de todo el mundo –sobre todo Australia, Indonesia y Sudáfrica, los tres mayores productores del mineral– han incrementado desde entonces sus exportaciones carboneras a Europa para cubrir el agujero ruso y satisfacer el repunte generalizado de la demanda de hulla como combustible, ante el encarecimiento desorbitado del gas. En este contexto, los puertos del Principado se han convertido en almacenes a los que llegan envíos de todo el planeta, los cuales después vuelven a cargarse en enormes buques para exportarlos a múltiples destinos. Algo que no deja de tener cierto sabor amargo en una región que durante décadas se caracterizó por su potencia minera y que ahora apenas tiene producción.

En el primer semestre de este año, según los últimos datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), las ventas de carbón procedente de Asturias se han disparado un 497% en comparación con el mismo período de 2022, generando unos ingresos de 431,5 millones de euros, frente a los 72,1 millones de entonces. Así como hace un año el carbón de hulla, el coque y las briquetas –bloques de biocombustibles en forma de cilindro o ladrillo– suponían apenas el 2,3% de las exportaciones totales de la región, ahora aportan el 13%. De este modo, han pasado a conformar el tercer artículo con más peso en el sector exterior asturiano, después del zinc y los suministros de hierro y acero (los cuales, por cierto, han retrocedido respectivamente un 19,8% y un 16,5% en tasa interanual).

La balanza del primer semestre refleja el notable incremento de las importaciones carboneras de países como Sudáfrica (con un espectacular repunte de más del 2.000%, pasando de 7 a 153 millones), Vietnam (con un aumento del 991%), Japón (541%), Egipto (454%), Corea del Sur (425%), India (217%) o Indonesia (181%). Por cuantía económica, el principal importador en Asturias (no sólo de carbón, sino de todas las mercancías en general) fue Australia, con productos valorados en 374,5 millones, un 31% más que hace un año. A continuación figuró Alemania, también con una subida del 31%, hasta los 221,8 millones.

Estos cargamentos se redirigieron posteriormente desde Asturias hacia otros países. Algunos en los que hubo especiales aumentos en comparación con el año pasado fueron Indonesia (con una variación de más del 1.800%, de unos testimoniales 925.000 euros a 17,7 millones), Croacia (410%), Marruecos (342%), Finlandia (145%) o India (127%). En términos absolutos, los principales destinatarios del conjunto de mercancías de Asturias fueron Alemania, Italia y Francia.

Dado que los datos de Sadei se refieren al valor económico y no al volumen de las mercancías, estas fuertes subidas también se deben a la revalorización internacional del carbón en el último año.

Las cifras también indican que el récord de exportaciones que viene mostrando Asturias este año (3.321 millones de euros hasta junio) tiene letra pequeña. Lógicamente, las ventas computan en la balanza asturiana al ser el lugar geográfico desde el que se realizan, pero en el caso del carbón, que es un factor clave de este auge, el papel de Asturias es de almacenaje, no de especial valor añadido.

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