Lada sufre los achaques de la Aspirina: su menor consumo provoca un ERE en la fábrica asturiana

Bayer vincula el recorte de personal en Langreo con una caída del 20% en la demanda mundial del popular medicamento, cuyo uso preventivo cardiovascular ya no es aconsejado

Miguel Á. Gutiérrez / Pablo Castaño

Según el "efecto mariposa", el aleteo de un insecto en Pekín puede provocar una tormenta en Nueva York. La lógica que imponen los mercados globalizados funciona con parámetros parecidos y la caída de las ventas de Aspirina a nivel mundial (superior al 20% en el primer semestre del año) se traducirá en un ajuste de plantilla en la planta de Bayer en Lada, con 13 despidos de un total de 103 trabajadores. La factoría langreana es la "cuna" mundial del principio activo del popular fármaco, ya que en Lada se produce el 100% del ácido aceltilsalicílico utilizado para fabricar después –en factorías repartidas por todo el planeta– toda la Aspirina que se consume a escala mundial, en 142 países.

El recorte de personal en la planta de Langreo se enmarca en un plan más amplio, derivado de la caída de ventas, que afectará en España a 135 trabajadores de la división farmacéutica de la multinacional de los más de 2.400 empleados que tiene en el país. En el caso concreto de Lada, el ajuste viene motivado por la caída mundial en la demanda de ácido acetilsalicílico. Los fármacos de la familia de Aspirina tienen un uso analgésico, más tradicional, y un uso preventivo cardiovascular que fue ganando peso con los años. Esa utilidad cardiovascular está aconsejada actualmente para personas que han sufrido un episodio coronario y bajo prescripción medica. Sin embargo, ha dejado de estar recomendada, como normal general, para pacientes sanos, sin dolencias cardíacas anteriores, que lo empleaban de forma preventiva, lo que ha repercutido en la evolución del consumo de este viejo medicamento que tiene su origen en 1897, cuando el científico Félix Hoffmann sintetizó el ácido acetil salicílico en un laboratorio de Bayer en Wuppertal, en Alemania. El descenso de consumo se está registrando sobre todo en países en los que el medicamento es de venta libre y en los que había un hábito fuertemente arraigado para usarlo como método de prevención primaria.

Cinco líneas de producción

Según los datos que manejaba la compañía el pasado año, con el ácido aceltilsalicílico que se elabora en un día en Lada se hacen más de 20 millones de comprimidos. A pesar de que la factoría langreana tiene otras líneas de producción –nifedipino (usado para el alivio de la angina de pecho, así como para la hipertensión arterial); butafosfán (un estimulante del metabolismo de uso veterinario); el imidacloprid (principio activo de un antiparasitario para mascotas); y el clotrimazol (empleado para tratar las infecciones producidas por hongos)– el peso del ácido aceltilsalicílico es capital y supone el 90% de la actividad. De ahí la necesidad del ajuste que acaba de ser planteado y que ahora tendrá que ser negociado con los resprensentantes sindicales de los trabajadores de la planta langreana.

Tanto el sindicato SOMA-FITAG-UGT como CC OO del Nalón han reclamado a Bayer que el ajuste de plantilla en Lada se ejecute "sin salidas traumáticas", mientras que el Gobierno del Principado "confía" en que se busquen "las mejores soluciones para las personas afectadas". La compañía, por su parte, aseguró al anunciar el expediente de regulación de empleo (ERE) que, "como es habitual, Bayer llevará a cabo este proceso de forma socialmente responsable e informará, dentro del marco legal, de forma transparente y regular sobre cualquier avance". También señaló que "para nada está comprometido el futuro de la planta de Langreo. Sigue siendo un referente. En los últimos cinco años se ha realizado una inversión de 28 millones y continúan las inversiones y todos los planes de futuro".

La fábrica está consolidada como una de las mejor valoradas del grupo Bayer y es una de las cuatro plantas que la compañía tiene repartidas en todo el mundo para la producción de sus principios activos que, una vez producidos, se envían a otros centros del grupo dónde se formulan los productos finales que llegan al consumidor.

La planta química de Lada se empezó a construir en agosto 1942 para la producción de diferentes principios activos difíciles de importar desde Europa a consecuencia de la II Guerra Mundial. Su situación estratégica, cerca de las minas de carbón, fue clave para su expansión y asentamiento, y tras 20 años de actividad, la multinacional Bayer se hizo con el control de la factoría. La compañía alemana es una de las multinacionales extranjeras con mayor arraigo en Asturias y su planta de Lada es un emblema de la industria del valle del Nalón.

El sector químico

La industria química no pasa por un buen momento en Asturias. La Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei) destaca en su último análisis de la producción industrial de Asturias, el referente al mes de julio, que el sector químico de la región registró en los siete primeros meses del año caídas interanuales ininterrumpidas de producción que oscilan entre el 3,3 y el 33,4%. Los analistas de Sadei achacan esta caída "a bajadas puntuales de demanda o liberación de stocks". Es lo que está ocurriendo con la fábrica de Bayer en Lada, que sufre los achaques de la centenaria Aspirina.

La presión de los fondos activistas, clave en las decisiones de Bayer

Dos fondos de inversión activistas, Bluebell e Inclusive Capital, tomaron posiciones en Bayer a principios de año y desde entonces las presiones para elevar la rentabilidad de la multinacional son constantes. En ese contexto también hay que enmarcar la decisión de Bayer Hispania de recortar personal en la fábrica de Lada. Los fondos de inversión activistas ya lograron una de sus principales demandas: que se relevara al consejero delegado de Bayer y se nombrara a un profesional que no procediera de la compañía alemana. En febrero Werner Baumann –que en 2018 autorizó la adquisición de Monsanto, lo que generó una cascada de reclamaciones legales contra Bayer por el uso de glifosato en sus herbicidas– fue relevado por William Anderson, ex responsable de Roche Pharmaceuticals. Además, los nuevos inversiones están presionando para que la compañía se divida, al menos, en dos negocios para intentar revalorizar las acciones. Estas maniobras se han sucedido a pesar de que Bayer logró el pasado año cuadruplicar sus beneficios netos con respecto al ejercicio anterior: un total de 4.150 millones de euros.

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