Vivienda

Los hogares comienzan a reducir la amortización anticipada de hipotecas

Los repagos de los créditos para vivienda bajaron entre octubre y diciembre por primera desde que el BCE comenzó a endurecer la política monetaria hace dos años

La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, en el coloquio Primera Plana en 2021.

La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, en el coloquio Primera Plana en 2021. / JOSÉ LUIS ROCA

Pablo Allendesalazar

La inusitada escalada de los tipos de interés auspiciada por los bancos centrales para combatir la inflación ha provocado un fortísimo aumento de las cuotas hipotecarias desde principios de 2022, lo que llevó durante meses a las familias que se lo podían permitír a repagar de forma anticipada parte de sus créditos para reducir su deuda y frenar el golpe. Las amortizaciones anticipadas permiten disminuir la cuota (con lo que se paga menos al mes) o acortar el plazo de vencimiento del crédito (con lo que a la larga se abonan menos intereses). Sin embargo, esa tendencia a incrementar el repago de los créditos "se ha acabado", como confirmó hace unos días la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado.

Los hogares españoles, así, realizaron amortizaciones -entre ordinarias y extraordinarias- por valor de 65.839 millones de euros el año pasado, un 32% por encima de los 49.746 millones de media anual entre 2018 y 2021, los cuatro años previos a que el Banco Central Europeo (BCE) comenzase a elevar los tipos de interés para combatir la escalada de la inflación. Sin embargo, la cifra del año pasado apenas fue un 0,4% superior a la de 2022. El incremento de las amortizaciones, de hecho, se produjo principalmente entre el segundo trimestre de 2022 y el segundo trimestre de 2023. El pasado verano comenzó a frenarse y entre octubre y diciembre se produjo la primera caída respecto al mismo trimestre del ejercicio anterior desde la registrada en el cuarto trimestre de 2021, justo antes de que el BCE comenzase a endurecer la política monetaria.

El Banco de España ha constatado ese cambio de tendencia. "Durante 2022 y gran parte de 2023 se produjo un ritmo muy dinámico de amortizaciones, que llegó a alcanzar en marzo un 34,8% más que la media observada entre 2019 y 2023. En un contexto de subida de tipos de interés, evidentemente las familias han destinado parte de sus ahorros a amortizar parcialmente los préstamos hipotecarios, amortiguando de este modo el impacto de la subida de tipos. No obstante, este ritmo acelerado de amortizaciones ya se ha ralentizado, ya vemos que se ha acabado este proceso intenso de amortización de los préstamos, y los niveles actuales ya se encuentran cercanos a la media de estos cinco años", confirmó la subgobernadora.  

Más que en la zona euro

Otra forma de constatar ese cambio de tendencia. Según el reciente informe de la situación financiera de los hogares del Banco de España, las amortizaciones equivalieron al 1% del saldo inicial de hipotecas en enero de 2022, cuando el BCE comenzó a actuar contra la inflación. Era ya un porcentaje superior a la media previa a la pandemia (0,8% entre 2015 y 2018), pero se aceleró hasta alcanzar el 1,3% entre enero y marzo del año pasado. Desde entonces, comenzó suavemente a desacelerarse hasta volver al 1% inicial en los pasados meses de octubre y noviembre. "La amortización anticipada está bajando, pero todavía es más alta que antes de que subieran los tipos. De todas formas, esto último es un poco engañoso. Habría que compararlas con otros momentos en que los tipos estaban altos. Durante los seis años de tipos cero previos a 2022, no tenía sentido económico amortizar", confirma un alto directivo bancario.

Los datos no parecen apuntar a que las familias se estén quedando sin ahorros y que por ello reduzcan el ritmo de amorticaciones hipotecarias. Según el INE, su renta disponible bruta creció un 10,6% en el tercer trimestre del año pasado, más que su gasto en consumo (4,5%), con lo que el ahorro que generaron (7.027 millones) se situó en el 9,1% de su renta disponible en términos desestacionalizados, más del doble que un año antes (4%). Además, su riqueza financiera -diferencia entre ahorros y deudas- aumentó un 8,6% en un año. Según el Banco de España, las familias contaban con activos financieros por valor de 2,79 billones de euros y pasivos de 746.689 millones al cierre de junio, con un saldo positivo de 2,05 billones. La mayoría de sus ahorros se concentraban en efectivo y depósitos (1,046 billones) y participaciones en empresas y fondos de inversión (1,29 billones).

Bajada del euríbor

La ralentización del alza de las amortizaciones, según diversas fuentes financieras, tiene más que ver con que la mayoría de las familias que podían permitirse prepagar parte de las hipotecas para paliar el golpe del euríbor ya lo han hecho, mientras que otros hogares no tienen recursos suficientes. Además, subrayan que el ahorro total no es igual que el ahorro excedente (aquel que no se dedica a invertir o a tener un colchón de seguridad para imprevistos). Según datos del Banco de España, precisamente, las familias con más renta, y por tanto más recursos disponibles, han repagado anticipadamente hasta 1,6 veces más que los menos pudientes. También se subraya en el sector que las diferencias interanuales del euríbor son cada vez más contenidas y que las cuotas comenzará a bajar en breve, lo que reduce el incentivo a amortizar de forma anticipada.

La tendencia al aumento a las amortizaciones, por otra parte, no ha sido un fenómeno generalizado en la zona euro. Así, los pagos de las hipotecas en la unión monetaria bajaron de suponer el 1% del saldo en enero de 2022 al 0,7% el pasado noviembre, y llevan por debajo de la media del periodo 2015-2019 (0,9%) desde septiembre de 2022. Esta dispar evolución se debe a que en España en torno al 65% de las hipotecas son a tipo variable, cuyas cuotas son las que han subido por efecto del alza de los tipos de referencia. En Europa, en cambio, son más habituales las hipotecas a tipo fijo, cuyas cuotas no varían, con lo que los hogares han podido usar sus ahorros para paliar el coche inflacionista por otras vías, en lugar de destinarlos a amortizar las hipotecas y reducir así los pagos mensuales del crédito. 

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