ArcelorMittal mantiene la incertidumbre sobre el DRI y demora el horno eléctrico a 2026

La compañía siderúrgica ArcelorMittal mantiene en sus planes la construcción del horno de reducción directa de mineral de hierro (DRI) en su factoría de Gijón –un proyecto vital para preservar el proceso integral del acero en Asturias y que actualmente está paralizado–, según explicita la empresa en su informe anual corporativo, difundido ayer. No obstante, la multinacional matiza que, si bien éste y los proyectos análogos de la empresa para la descarbonización de sus plantas de cabecera en Europa occidental "continúan avanzando en el trabajo de preingeniería y diseño", la empresa sigue trabajando en paralelo para "asegurar las condiciones adicionales necesarias para llevar estos planes a la decisión final de inversión", lo que "incluye", dijo, "la disponibilidad de energía baja en carbono".

Arcelor juzga "un avance positivo" la ayudas públicas comprometidas por los Estados para estos proyectos previa autorización de la Comisión Europea (450 millones en el caso del DRI de Gijón), pero mantiene la incertidumbre sobre su ejecución a la espera de asegurar un suministro de hidrógeno verde a precio competitivo en Europa. De momento, según señaló recientemente el consejero delegado de ArcelorMittal Europa, Geert van Poelvoorde, se sopesa importar los prerreducidos de hierro desde Texas (EE UU), donde las ayudas públicas al hidrógeno hacen viable el coste.

Amén del DRI de Gijón, de 2,3 millones de toneladas, para sustituir uno de los hornos altos, el informe anual de ArcelorMittal incluye la construcción en la factoría de Veriña del anunciado horno eléctrico híbrido, que reemplazará a la actual acería gijonesa, aunque demora su entrada en producción al primer semestre de 2026. El calendario que se había difundido hasta ahora preveía el inicio de su actividad en 2025. Los trabajos de construcción, que comenzarán el mes próximo, tienen una duración estimada de año y medio.

La multinacional anunció que desde enero ya está construyendo en la factoría de Avilés el atomizador de gas inerte a escala industrial para producir polvos de acero para su aplicación en tecnologías y procesos de fabricación aditiva, como la fusión láser de lecho de polvo, la inyección de aglutinante y la deposición de energía directa. La compañía se compromete a "avanzar en la sostenibilidad" de la fabricación aditiva.

Con una producción el año pasado de 3,2 millones de toneladas, el "clúster Asturias", que agrupa las plantas de Avilés y Gijón y sus instalaciones satélites (Sagunto, Etxebarri y Lesaka-Legasa) fue el tercer conglomerado más relevante de la multinacional en la UE tras Bélgica (4,3 millones) y Dunkerke y plantas del norte de Francia (3,9). Sumando el total de la producción por país, España alcanza los 4,5 millones al sumar Sestao y Bergara, y se queda por detrás de los 6,3 millones de ArcelorMittal en Francia y el mismo volumen de Alemania, y en pie de igualdad con Bélgica, dado que hay 0,4 millones adicionales que comparten Bélgica y Francia.

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