"Las empresarias cooperamos más entre nosotras que los hombres"

Elvira Pérez Rodríguez (Gijón, 1965) fue elegida anteayer nueva presidenta de la asociación Mujeres de Empresa, creada hace tres años y que integra a más de un centenar de empresarias y autónomas de Asturias. En el anterior mandato, Pérez ocupaba la vicepresidencia, que ahora detentará Rosario Gómez-Haces. Elvira Pérez compatibilizará esta nueva responsabilidad –cuya duración es de tres años– con su trabajo empresarial al frente de Algama, compañía gijonesa de servicios culturales.

–¿Cuáles serán sus prioridades como presidenta de Mujeres de Empresa?

–En estos tres primeros años de vida nos hemos centrado más en crear la estructura asociativa. A partir de aquí queremos trabajar un poco más en grande y reforzar nuestra propia red de cooperación, ya que incluso están surgiendo negocios entre las propias asociadas, creando nuevas empresas. Además, queremos apuntalar alianzas con otras asociaciones que no tienen que ser exclusivamente de mujer, pero que están ligadas al mundo empresarial. Y también queremos ganar visibilidad y tener más presencia en los foros públicos, porque creemos que especialmente son las mujeres autónomas y con pymes las que necesitan más voz. Está muy bien desear que haya más mujeres en puestos directivos de grandes empresas, pero la mayor parte del tejido empresarial nacional y de Asturias está formado por pequeñas compañías. De los 78.000 autónomos que hay en la región, 28.000 son mujeres.

–¿Ser mujer es una dificultad añadida a la propia actividad empresarial?

–Cuando decidimos emprender, hombres y mujeres no partimos del mismo lugar, cada uno llevamos mochilas distintas. Nosotras no queremos hacernos las víctimas, pero es cierto que, atendiendo a las estadísticas, hay brecha salarial, brecha digital, brecha de pensiones, el impacto de la maternidad... En fin, un montón de factores. Por eso, lo que queremos es poder desarrollar un negocio contando con una red de apoyo que impida que nos dejemos la piel en ello. Dicho esto, ser mujer también tiene ventajas para el mundo empresarial.

–¿Por ejemplo?

–Quizás las mujeres siempre hemos tenido más inclinación a las conexiones emocionales que los hombres. Más facilidad para hablar y verbalizar nuestros sentimientos, lo cual ayuda a la hora de empatizar con las necesidades y expectativas de los que tenemos delante, sean clientes, proveedores o trabajadores. Además, estamos más acostumbradas a crear redes de apoyo (familiares, vecinales, de amistad...), y eso también es aplicable al mundo empresarial: tendemos más a pensar en colectivo y cooperar entre nosotras. Somos un poco más prácticas, y quizá también tengamos menos ego: muchos hombres ven el liderazgo como algo glamuroso.

–¿Cómo ve Asturias como territorio para emprender?

–Creo que la principal dificultad está en nosotros mismos, en los asturianos: tenemos un clima demasiado negativo, y no me refiero a la lluvia. Leemos continuamente informaciones negativas (el paro, el envejecimiento, las comunicaciones...), pero luego en el día a día uno se encuentra con muchísimas personas que emprenden y que quieren trabajar. Por otro lado, también es cierto que Asturias es un lugar donde la Administración ha tutelado demasiado la actividad económica, y eso quizá nos ha adormecido un poco.

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