Asturias no es tan verde: los motivos detrás del escaso aporte del Principado a la producción eléctrica renovable

La inercia carbonera, el clima y la protección del paisaje moderan la contribución de las energías renovables a la producción de electricidad

Asturias no es tan verde: los motivos detrás del escaso aporte del Principado a la producción eléctrica renovable

Asturias no es tan verde: los motivos detrás del escaso aporte del Principado a la producción eléctrica renovable / LNE

Yago González

Yago González

El sistema energético de España logró en 2023 un hito: por primera vez, más de la mitad de su producción de electricidad tuvo origen renovable. En concreto, el 58,7%, con un claro predominio de la energía eólica. Es un dato histórico en el camino para descarbonizar la economía y cumplir los objetivos establecidos por la ONU y la Unión Europea. Sin embargo, de momento no es el caso de Asturias, cuya generación verde no alcanzó el 40%, según informó este diario el pasado miércoles. Si se compara la estructura de la producción eléctrica de las comunidades autónomas españolas en el pasado ejercicio, tal como recogen los datos de Red Eléctrica de España (REE), el Principado aparece en la mitad inferior de la tabla: es la séptima por la cola, y la quinta si sólo se tienen en cuenta las regiones peninsulares, puesto que en Canarias y Baleares la aportación verde es menor por su condición insular.

El año pasado, Asturias produjo un total de 8.855 gigavatios por hora (GWh) de electricidad, de los que el 63,9% procedieron de energías fósiles, la mayor parte carbón (2.941 GWh) y ciclo combinado (2.538). Esto refleja que, a pesar del reciente desmantelamiento de centrales térmicas de carbón (las últimas, la de Iberdrola en Lada y la de Naturgy en Soto de la Barca) y de la progresiva desaparición de la minería, la industria alimentada con materiales fósiles aún es mayoritaria en la generación de energía. Pero estos métodos tienen fecha de caducidad: si se cumplen sus planes, EDP abandonará el uso de minerales en 2025, aunque reconvertirá uno de los grupos de Aboño para el uso de gas natural.

El 36,1% restante de la electricidad generada en Asturias en 2023 tuvo origen renovable. La fuente mayoritaria fue la hidráulica (con 1.471 GWh), seguida muy de cerca por la eólica (1.410). Mucho más residuales fueron la turbinación hidráulica (60.828 megavatios por hora) y la solar fotovoltaica (614 MWh).

Además de la mencionada inercia carbonera, la menor aportación verde del Principado al sistema se debe a las propias condiciones climáticas y topográficas de la región. Asturias no es una zona soleada, y de ahí el aún escaso impacto de la fotovoltaica. Además, la inmensa mayoría de los parques eólicos se concentran en el Occidente, al estar protegida la mayor parte del resto del territorio. Por eso son tan controvertidas las intenciones del Ejecutivo asturiano de actualizar la normativa eólica para que haya molinos en el centro de la región, algo a lo que se opone IU. Y los pescadores también rechazan los planes de la eólica marina.

Sin embargo, a nivel nacional el viento está siendo el rey de la producción eléctrica, desbancando a las centrales nucleares (tradicionales líderes en generación) y a las plantas de gas natural (que lo fueron en 2022). En algunas comunidades su peso es determinante. Por ejemplo, en Castilla y León, la región más verde el año pasado: el 92,6% de su electricidad provino de energías renovables, y de éstas, la mitad fue eólica.

Lo cierto es que Asturias es la comunidad que ha perdido más potencia de generación eléctrica en España con la transición verde: en el último lustro han desaparecido 689 megavatios de potencia instalada, el 15% del total.

Con todo, dicha transición también está incentivando proyectos como los almacenes de energías con baterías, esenciales para combatir la intermitencia de las energías verdes y aportar estabilidad a la red. La región está recibiendo un aluvión de solicitudes.

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