ArcelorMittal prioriza las inversiones en EE UU, Brasil e India: "El hidrógeno verde aún no es suficiente para cubrir las necesidades de la industria"

La compra del 28,4% de Vallourec confirma la creciente apuesta de la siderúrgica por la fabricación de semiacabados al otro lado del océano

Companhia Siderúrgica do Pecém (CSP), en Brasil.

Companhia Siderúrgica do Pecém (CSP), en Brasil. / Brasil 61

La adquisición por ArcelorMittal del 28,4% de la compañía Vallourec, con dos polos de fabricación integral en EE UU y Brasil de productos siderúrgicos con bajos niveles de emisiones de carbono por 955 millones de euros, que fue anunciada anteayer, profundiza en la estrategia de la multinacional en su toma de posiciones en el mapa mundial del acero.

Presente en 60 países y con instalaciones de producción primaria en 16, ArcelorMittal tiene en Europa la mayor densidad de implantaciones –y con mucha superioridad respecto a cualquier otro continente–, pero gradualmente la empresa se está deslizando hacia América y Asia como territorios prioritarios en sus apuestas de futuro. En el primer caso, por los menores costes y las mayores ayudas a la descarbonización y en el segundo (caso de India, donde levantará una gran planta siderúrgica) por la menor presión ambientalista.

La secuencia de inversiones en ambos continentes se viene encadenando mientras los planes de descarbonización para asegurar la pervivencia de sus instalaciones integrales y de cabecera en la UE permanecen congelados –pese a disponer de ayudas públicas– a la espera de asegurarse un hidrógeno verde suficiente y además barato.

Entre 2020 y 2021, ArcelorMittal vendió la totalidad de los activos de su filial estadounidense ArcelorMittal USA a la compañía Cleveland-Cliff, pero desde entonces ha vuelto de nuevo su mirada hacia Norteamérica. En 2022 emprendió en su filial canadiense Dofasco, de Hamilton (Ontario), las obras del único horno de reducción directa de mineral de hierro (DRI) –como el prometido para Gijón– que la compañía está construyendo actualmente en el mundo.

La operación de US Steel

Ese mismo año adquirió por 916 millones el 80% de la planta de briquetas de hierro en caliente (HBI) de Voestalpine en Texas (EE UU) y ahora está construyendo en ella un segundo horno de DRI para suministrar al mercado propio y a los futuros hornos eléctricos del grupo en Europa, lo que permitiría suspender o aplazar las grandes inversiones en DRI en la UE. El año pasado se especuló con el interés de Arcelor por hacerse a su vez con US Steel, que fue adjudicada en diciembre a la japonesa Nippon Steel. Ayer se supo que el presidente de EE UU, Joe Biden, se opondrá a esta operación, desveló "The Washington Post".

Las elevadas subvenciones de EE UU al hidrógeno verde ha sido un factor determinante en la estrategia inversora de Arcelor en Norteamérica. "Producir hidrógeno en Europa costaría entre 6 y 7 euros el kilo, y, si se optimiza, tal vez costaría 5. En EE UU cuesta 4 y el Gobierno paga 3", dijo en febrero el primer ejecutivo del grupo en Europa, Geert Van Poelvoorde

En Brasil, la multinacional compró en 2022 la Companhia Siderúrgica do Pecém (CSP) por 2.200 millones de dólares, a la que también ha confiado el suministro a Europa de productos semiacabados.

Aditya Mittal, consejero delegado de ArcelorMittal, se refirió anteayer a los mercados de Brasil y Estados Unidos como "atractivos".

El hidrógeno "aún no basta" para cubrir las necesidades de la industria, admite Arcelor

«El hidrógeno verde está en camino, pero aún no es suficiente para cubrir las necesidades de la industria». Con estas palabras situó ayer la responsable de la planta piloto impulsada por ArcelorMittal, Cristina Lausín, las perspectivas de la aplicación industrial del gas renovable. Lo dijo durante la visita del consejero de Ciencia y Empresa, Borja Sánchez, a las instalaciones que acogen la iniciativa «Hydrogen Hub Asturias (H2 Asturias)», promovido por un consorcio-público privado liderado por la multinacional siderúrgica y que utiliza el laboratorio de gas (denominado GasLab) que tiene la compañía en el recinto fabril de Veriña (Gijón).

Sánchez hizo una valoración muy similar del horizonte que supone el vector energético: «Aún queda camino por recorrer para el uso de hidrógeno verde en la industria, pero esta planta piloto es un primer paso tangible». 

En el centro, Borja Sánchez, atendiendo a las explicaciones de Cristina Lausín, responsable del proyecto «H2 Asturias», y Francisco Lago, director de Descarbonización en I+D de ArcelorMittal, junto a otros investigadores en el laboratorio que acoge la iniciativa, en el complejo de Veriña (Gijón). | Ángel González

En el centro, Borja Sánchez, atendiendo a las explicaciones de Cristina Lausín, responsable del proyecto «H2 Asturias», y Francisco Lago, director de Descarbonización en I+D de ArcelorMittal, junto a otros investigadores en el laboratorio que acoge la iniciativa, en el complejo de Veriña (Gijón). / Ángel González

El proyecto, que arrancó el año pasado, cuenta con un presupuesto total de 6,6 millones de euros, de los que algo más de 4,7 millones serán aportados por fondos públicos, la mayoría procedentes de los Next Generation de la UE. Además de ArcelorMittal, el consorcio está integrado por Idesa, Iturcemi, Magna Dea, H2Vector Energy Technologies, la Universidad de Oviedo, la Fundación Idonial y el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (Incar-CSIC).

Sánchez remarcó que en el GasLab se van a poder «probar y acelerar» tecnologías en un entorno industrial, algo que hace a estas instalaciones algo «único en España y el mundo». «De lo que se trata es de ir incorporando cada vez más equipos de todos los miembros del consorcio, lo que a su vez atraerá más proyectos de investigación y más empresas participantes», indicó el Consejero. 

Del mismo modo, los investigadores de la planta experimental confían en que sea «un punto de partida para nuevos proyectos» y que «pueda atraer talento y empleo a Asturias», según afirmó Lausín, miembro del departamento de I+D de Arcelor. 

Los proyectos que se realizarán en las instalaciones se articulan en torno a tres líneas: la generación de hidrógeno a baja temperatura a partir de energía renovable, los usos de hidrógeno en el sector industrial de combustión y para reducción de emisiones de CO2, y como agente químico. 

En concreto, la visita de ayer se centró en un horno de una potencia de 1,2 megavatios, que se complementará con distintos equipamientos de los miembros del consorcio.

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