Crisis

La devaluación de la libra egipcia tira aún más por el suelo el precio de la naranja

La moneda de este país cae un 32,8% y da más ventaja a los exportadores de fruta

Representantes de los agricultores tiran naranjas en protesta por la entrada de fruta de Egipto, en febrero en Castelló.

Representantes de los agricultores tiran naranjas en protesta por la entrada de fruta de Egipto, en febrero en Castelló. / / EFE

Elena Aguilar

Si hay un país que en los últimos meses quita el sueño a los productores de cítricos de Castellón ese es Egipto. Solo en enero y febrero, el gigante norteafricano envió a Europa 111.557 toneladas de naranjas, un 56% más que en el mismo periodo del año pasado, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura. Una entrada masiva de fruta en mercados como el francés, el alemán o el belga que ha cortado de raíz la demanda de cítricos españoles y ha provocado que los precios en el campo, que en la primera parte de la campaña alcanzaron valores altos, hayan acabado por los suelos.

Egipto ya es el rey de la naranja y su éxito se explica por una concatenación de factores. Y algunos son más conocidos que otros. En los últimos años, y gracias a cuantiosas inversiones del Gobierno, se han transformado miles y miles de hectáreas desérticas próximas al Nilo en plantaciones citrícolas; sus costes de producción son mucho más económicos gracias a unos salarios que nada tienen que ver con los de España (la retribución media en ese país asciende a unos 170 euros al mes) y su ubicación privilegiada, y la cercanía con el canal de Suez, le permite abastecer por igual a Europa y a los países asiáticos.

A las ventajas logísticas y al menor coste de producción se añade ahora otro factor que pocas veces se ha tenido en cuenta: la devaluación de la libra egipcia, un hecho que le ha dado a la naranja de este país todavía más ventajas.

Egipto acumula una deuda millonaria (este año afronta el vencimiento del pago de unos 30.000 millones) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) le obliga a llevar a cabo una política de liberalización de la moneda, la libra egipcia, lo que en la práctica ha significado que el dólar se cambie oficialmente a 46 libras, lo que representa una caída del 32,8%. Una depreciación que, además, es el último paso de un camino que comenzó en marzo de 2022, después de que el Banco Central de ese país decidiera elevar los tipos de interés en 100 puntos básicos.

Fruta al mismo precio

La depreciación tan fuerte de la moneda ha provocado que la naranja egipcia sea aún más competitiva en Europa y los exportadores de este país reconocen que la fruta se envía a la UE prácticamente al mismo precio que se pone en el mercado local. Además, explican que están llevando la fruta a los puertos europeos sin precio (se trabaja tan solo a volumen), algo que no es frecuente en Europa.

Colocar un kilo de naranja de Egipto en el lineal de cualquier supermercado europeo nunca antes fue tan barato, pero para el sector de este país no todo son alegrías. La devaluación ha tenido consecuencias no tan buenas para los productores locales, ya que las cajas en las que se empaqueta la fruta, y que Egipto importa de otros países, han disparado su precio. 

Durante esta campaña, y según datos de un informe publicado por el Servicio Agrícola Exterior del Departamento de Agricultura de EEUU, Egipto producirá 3,7 millones de toneladas de cítricos, un 2,7% más que el año pasado. En ese mismo documento también se detalla que las exportaciones desde ese país alcanzarán los dos millones de toneladas, un 25% más que en 2022-23.

El alza de la producción se debe, fundamentalmente, a las condiciones climáticas favorables y a la cada vez mayor superficie citrícola, que en estos momentos se estima en 168.000 hectáreas. 

Las cooperativas culpan al país africano de la debacle 

Avanzada ya la segunda fase de recolección de cítricos en los principales territorios naranjeros de España, representantes de Cooperativas Agroalimentarias advierten de la difícil situación por la que están atravesando los productores debido a las importaciones masivas. Este sector agrario denuncia que en toda la Unión Europea (UE) las centrales de compras adquieren fruta "sin control procedente de terceros países", sobre todo de Egipto y Sudáfrica, lo que satura el mercado doméstico y hunde los precios en origen.

Según esta entidad de ámbito estatal, se está produciendo en esta campaña citrícola "una situación que propaga la ruina de los agricultores, asfixiados por la subida de los costes productivos y la merma de sus cosechas por la sequía y también las altas temperaturas".

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