Adriana Lastra, número uno al Congreso por Asturias, venía de pedir el voto para el PSOE "por legítima defensa". Después de ella, diciendo lo mismo de otras muchas maneras, Carmen Calvo articuló un discurso de batalla contra los "trillizos" de la derecha, su "electorado organizadísimo" y su amenaza "para la España plural y diversa". La vicepresidenta del Gobierno terminó enviando a los más de cuatrocientos asistentes entregados de antemano que la jaleaban en Oviedo a ejercer "la democracia a mano" y el "socialismo artesanal", a presumir de militancia, a organizarse contra la derecha organizada y a sumar papeletas para su causa. En la sala de cámara del auditorio Príncipe Felipe, la número dos tras Pedro Sánchez en la lista socialista por Madrid agitó a la masa proclamando que esta confrontación se resume en que "son todos contra nosotros", que "tenemos que dar un recital como organización y como partido, pensando en toda la historia que tenemos detrás".

Volvió a acompañar la entrada de los intervinientes el "Sweet child of mine" de los "Guns n'Roses", el rock and roll enardecedor de corazones que va camino de convertirse en el himno de campaña con el que el PSOE se esfuerza en empujar a los suyos a levantarse a votar. Repitieron una y otra vez el mensaje estratégico de que en la contienda están solos ellos y el caos y la Vicepresidenta advirtió que la campaña de la derecha, "del insulto al disparate y del disparate al insulto", casa forma parte de la estrategia. La alusión a los "trillizos" levantó aplausos, igual que la previa de Adriana Lastra a "los tres machos alfa". El discurso de Calvo, casi completamente concentrado en la desactivación de la "amenaza" triple de Ciudadanos, PP y Vox, partió de una alusión directa a Pablo Casado, pidiendo al líder popular que "rinda cuentas de la corrupción de su partido" -aprovechaba el inicio del juicio por desvío de fondos contra el exconsejero valenciano Rafael Blasco-, y se quedó a continuación un rato a tratar de desactivar las alusiones constantes del bloque rival a la "unidad de España". "Llegaron al Gobierno con un diez por ciento de independentistas y lo dejaron con un 47", dijo; "les montaron un referéndum ilegal, lo que nadie se ha atrevido a hacer al Gobierno de Pedro Sánchez", "a Rivera y Casado no les importó votar con los indepes cuando se trataba de tumbar unos presupuestos -los de 2019- que traían un 22 por ciento de crecimiento para Asturias..." Reprochó a Ciudadanos falta de compromiso con el blindaje de las pensiones como un derecho y "de Santi -por Abascal, presidente de Vox- ni hablamos, él con su megáfono tiene bastante"...

La Vicepresidenta, que desembocó en la defensa del "éxito" del sistema autonómico del 78, tuvo también su momento de defensa de las conquistas sociales de los diez meses de Gobierno Sánchez y remarcó que con el PSOE al frente del Ejecutivo "ha habido una agenda propia de Asturias en la Moncloa".

Callos con la Constitución

Además de "los machos alfa" y de la "legítima defensa", Adriana Lastra utilizó su turno en el mitin para devolver la acusación preventiva que el PSOE recibe de la derecha, la de "comunistas y vendepatrias", proclamando que "tenemos que defender nuestros derechos y libertades, nuestro sistema público de pensiones y nuestra educación y sanidad pública y universal precisamente de ellos, porque las están acosando". Los socialistas, concluyó, no admiten lecciones porque "sus manos sólo tienen callos de defender la Constitución".

El secretario general de los socialistas asturianos y candidato a presidir el Principado, Adrián Barbón, apuntaló el mensaje de sus compañeras dirigiéndolo en la misma dirección, llamando a "cerrar a la ultraderecha el camino del Gobierno" y dejando en evidencia que "lo grave es que PP y Ciudadanos son rehenes del discurso político de la extrema", y el alcalde de Oviedo, Wenceslao López, dijo lo mismo con otras palabras. "Veo sombras negras de fascismo en la lejanía, como no se habían visto en mucho tiempo, hace falta un viento fresco de libertad y de progreso que las disipe".