Oviedo,

E. FUENTES / Agencias

Las vicisitudes que han rodeado a los debates entre los líderes de los cuatro mayores partidos previstos para esta semana han acabado convirtiendo la confrontación en un debate a doble vuelta. La primera se disputará esta noche en RTVE a partir de las diez de la noche y la segunda se celebrará mañana en Atresmedia.

Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos) cruzarán sus argumentos esta noche y, 24 horas después, sin apenas tiempo para tomarse un respiro, intentarán corregir sus tiros tras examinar los puntos fuertes y débiles de su primer desafío.

Todo deja pensar, en consecuencia, que los candidatos tiendan a ser prudentes esta noche y luego, en función del tono que hayan marcado y las expectativas que hayan generado, busquen la sorpresa en el de mañana. Visto desde este punto, el debate se presenta como un ejercicio de mayor riesgo para el único de los candidatos, el popular Pablo Casado, que no tiene experiencia en duelos a varias bandas, aunque a su favor juegue el hecho de estar curtido en tertulias televisivas.

Está claro que quien más interés pondrá en no patinar será el favorito de las encuestas, el socialista Sánchez, quien se ha guiado por ese principio ya desde la precampaña. Frente a él, Iglesias deberá arriesgar para arañar votos en el caladero de la izquierda. Lo mismo le ocurrirá a Rivera, quien deberá intentar rebatir a las encuestas, que sistemáticamente otorgan a Casado el liderazgo del espacio de la derecha.

En cualquier caso, dos debates en 24 horas es una prestación que carece de precedentes tanto en España como fuera de ella, por lo que no hay elementos de juicio para aventurar cómo puede influir esta inédita fórmula en el electorado. La incógnita se hará aún mayor por el hecho de que durante esta semana no se podrán hacer públicos los resultados de nuevas encuestas, que sólo serán manejadas en privado por los partidos.

En espera de la hora de situarse ante las cámaras, los candidatos pasaron la jornada de ayer preparando el debate, con la excepción de Casado, el único que participó en actos. El favorito Sánchez optó por correr por la mañana y luego estudiar en Moncloa cómo mantener un "perfil zen" que le permita salir airoso del "todos contra el Presidente" que teme encontrarse esta noche. Durante cien minutos desde las diez de la noche.