Elecciones 23J

Pedro Sánchez: la última batalla del líder más resistente

Ilustración de un Pedro Sánchez vestido de domador, tratando de aplacar al león popular con una bola de color verde Vox.

Ilustración de un Pedro Sánchez vestido de domador, tratando de aplacar al león popular con una bola de color verde Vox. / Pablo García

Juan Ruiz Sierra / Marisol Hernández

Pedro Sánchez se presenta a las elecciones generales de este domingo con el viento en contra. Tras la debacle en autonomías y municipios sufrida por el PSOE el pasado 28 de mayo, se ha instalado en España una sensación de cambio de ciclo. Pero el presidente del Gobierno y candidato socialista está acostumbrado a ganar batallas aún más complicadas. Estos son sus puntos a favor y en contra a partir de su DAFO, una evaluación de sus Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.

En el siguiente cuadro interactivo se muestran las palabras clave del análisis del candidato. Cada término se desarrolla en los textos que aparecen después.

Debilidades

Desgaste personal. La popularidad del jefe del Ejecutivo no pasa por su mejor momento. Tras estos cuatro años de legislatura, su figura genera un enorme rechazo entre el electorado conservador. Tanto, que un importante barón socialista señala que “el sentimiento anti Sánchez moviliza más voto que el anti Vox”. La tesis se comprobará el domingo, pero el 28M dio una primera pista. El PP lo jugó casi todo a la carta del antisanchismo y acabó haciéndose con gran parte del poder territorial. 

Cambios de criterio. El presidente del Gobierno tiene una hemeroteca complicada. Cuando alcanzó el liderazgo del PSOE, en 2014, repetía sin pausa que no pensaba “pactar” con el “populismo chavista” de Podemos. Ahora lleva tres años y medio gobernando en coalición con los morados y aspira a repetir la entente, esta vez con Sumar. A finales de 2019, Sánchez se comprometió a traer a Carles Puigdemont a España. Su política en Cataluña, sin embargo, ha ido en la dirección contraria: mesa de diálogo, indultos, derogación de la sedición y rebaja de la malversación. El PP se agarra a estos quiebros para retratar a Sánchez como un dirigente intrínsecamente “mentiroso”. Pero el líder socialista tiene otra explicación: él “rectifica”, no miente. 

Ley del ‘solo sí es sí’. Se trata del “mayor error” cometido por Sánchez, según admite él mismo. En un efecto que el Gobierno no contempló, la norma ha provocado la rebaja de condenas a más de 1.000 agresores sexuales y también el mayor cisma en el seno de la coalición, después de que el PSOE decidiese volver a las penas anteriores con la oposición de Unidas Podemos. La ley supone un lastre ante el voto femenino. Aun así, los socialistas confían en revertirlo, subrayando que la ley ha sido corregida y poniendo el foco en los pactos del PP con Vox, que niega la violencia machista

Amenazas

El desplome del 28M. Sánchez no esperaba un desenlace así. Sus colaboradores reconocían semanas antes la fortaleza del PP ante los comicios autonómicos y municipales, pero se mostraban confiados en mantener casi todo el poder territorial. El PSOE, sin embargo, acabó despidiéndose del gobierno en seis autonomías y once capitales de provincia. Las federaciones del partido entraron en ‘shock’, deprimidas y con escaso músculo, pero Sánchez ha diseñado una campaña en la que no les ha pedido grandes esfuerzos. El presidente ha decidido priorizar las entrevistas en medios y ha protagonizado muy pocos mítines, pese a que en este último tramo ha añadido algún acto no previsto en aquellas provincias donde los socialistas han detectado escaños en juego.

Críticas de Podemos. Las tensiones en la coalición han sido constantes durante la legislatura, sobre todo por las críticas de Unidas Podemos, que se han recrudecido en el último tramo. No solo por la ley del ‘solo sí es sí’ y la guerra de Ucrania. También por la política de vivienda, el fracaso de la derogación de la ‘ley mordaza’ y el precio de la cesta de la compra. Todo este “ruido”, al igual que las alianzas parlamentarias con ERC y EH Bildu, puede desmotivar a una parte del electorado tradicionalmente socialista, ahora situado en la abstención, pero el entorno de Sánchez confía en que la sustitución de Pablo Iglesias por Yolanda Díaz contribuya a rebajarlo. 

Apatía del electorado progresista. El 28M plasmó diferencias en la tensión electoral entre el electorado de derechas y el de izquierdas. Mientras los votantes conservadores, tanto los del PP como los de Vox, se mostraron hipermovilizados, la apatía recorrió a los progresistas. Todas las encuestas, con la excepción del CIS, sitúan a Alberto Núñez Feijóo en clara ventaja respecto a Sánchez, y con muchas posibilidades de alcanzar la mayoría absoluta si pacta con Vox, pero las marcas que registra el PSOE son similares a las que consiguió en noviembre de 2019: cerca del 28% de las papeletas. Así que casi todos los esfuerzos de los socialistas están destinados a atraer a los abstencionistas. 

Fortalezas

Seguridad en sí mismo. El presidente del Gobierno tiene una larga trayectoria de superación. El caso más claro tuvo lugar en otoño de 2016. Sánchez fue obligado a dimitir como líder del PSOE tras socavar dos veces seguidas el suelo electoral del partido y negarse a facilitar un nuevo Gobierno del PP. Dio un paso atrás, renunció a su escaño en el Congreso, se fue a su casa y desde allí vio cómo los socialistas se abstenían en la investidura de Mariano Rajoy. Después concurrió a las primarias. Tenía todo en contra, salvo el malestar de una militancia incendiada por lo que acababa de ocurrir, y acabó arrasando. Comparado con aquella batalla, Sánchez no lo tiene ahora tan difícil. Acostumbrado a pelear hasta el final, asegura haber remontado durante la campaña. 

Economía. Los datos están ahí. Con una tasa interanual del 4,2% (y acelerándose), España es el país que más crece de todas las grandes economías de la UE, cuadriplicando la media europea. La inflación, de un 1,6%, es también la más baja. El empleo bate récords: 426.000 nuevos contratos a tiempo completo durante el primer trimestre de 2023. Se trata de una coyuntura en teoría favorable para que cualquier gobernante revalide su mandato, pero importó poco el 28 de mayo. El PP cosechó su victoria gracias a una campaña basada en el rechazo a Sánchez por su coalición con Podemos y el entendimiento con el independentismo. El PSOE cree que esta vez será distinto. Aun así, los socialistas han diseñado una campaña basada en la amenaza de un Gobierno de la derecha y la extrema derecha para las clases medias y trabajadoras. 

Avances sociales. Algo similar ocurre con las iniciativas sociales durante esta legislatura, marcada por los avances en este campo. La reforma laboral. La revalorización de las pensiones. La equiparación de los permisos de maternidad y paternidad. El ingreso mínimo vital. La reforma del aborto. La 'ley trans'. La llamada 'solución ibérica' del mercado de la electricidad. Los ertes durante la pandemia del coronavirus. El punto débil se encuentra en el ‘solo sí es sí’.

Oportunidades

Amenaza de Vox. El gran enemigo de Sánchez no es Feijóo. Es la abstención del electorado progresista. Para movilizar a todos esos votantes que decidieron quedarse en casa el 28M, el PSOE fía la remontada a la amenaza que supone la “ola ultraconservadora” del PP y Vox. Si Feijóo y Santiago Abascal suman el 23J, todos los avances anteriores quedarán en nada, argumenta el presidente. La llamada “alerta antifascista” no ha tenido apenas efecto en comicios anteriores, pero la campaña, marcada por los pactos territoriales entre la derecha y la extrema derecha, ha discurrido por un terreno incómodo para Feijóo. 

Sumar. Uno de los principales motivos de la enorme pérdida de poder territorial del PSOE el 28M, insiste Sánchez, fue la falta de unidad del espacio situado a la izquierda del PSOE. Ahora todos esos partidos (de Podemos a Compromís, pasando por Más País e IU) se presentarán juntos bajo el paraguas de Sumar, con Díaz como candidata. La relación de Sánchez con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, según explica él mismo, es también mucho mejor de la que mantenía con Iglesias.

El contraste con Feijóo. Una semana después de adelantar las elecciones generales, Sánchez, siempre dado a los gestos audaces, retó a Feijóo a celebrar seis cara a cara. Se trataba de una iniciativa sin precedentes, y el líder del PP, que busca arriesgar lo mínimo, la rechazó con rapidez. Al final, sin embargo, solo hubo un debate: el pasado 10 de junio en Atresmedia. El PSOE tenía depositadas en la cita enormes expectativas. Pero Sánchez, incapaz de tomar la iniciativa ante un Feijóo muy agresivo, desperdició esa oportunidad. Los socialistas, sin embargo, han recuperado el ánimo en los últimos días gracias al enredo con las pensiones del candidato del PP, que afirmó, en contra de la realidad, que su partido siempre había revalorizado estas prestaciones “conforme al IPC”.

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