Madrid / París, Efe

El Gobierno destacó ayer que el «durísimo golpe» asestado a ETA con la detención en Burdeos (Francia) de cuatro de sus dirigentes -incluido su actual «número uno», Francisco Javier López Peña, «Thierry»- pone «más cerca» el fin de la banda terrorista.

«Estamos más cerca del fin, pero esto no es el fin», dijo el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien añadió: «Nunca ETA ha tenido tan claro que jamás va a conseguir ninguno de sus objetivos, y la democracia nunca ha tenido tan claro que esto se acabará».

Los expertos de la Policía científica registraron ayer minuciosamente durante nueve horas el minipiso de 34 metros de un edificio céntrico de la capital de Aquitania (suroeste francés), donde, pasadas las once de la noche del martes, irrumpieron agentes antiterroristas encapuchados y detuvieron a los cuatro etarras mientras celebraban una reunión, a la que llegaron en dos coches.

A López Peña, «Thierry», de 49 años y huido desde 1983 -cuando se le prohibió residir en el suroeste francés tras una detención- desbancó a Josu Ternera como jefe de ETA en 2006 y fue quien decidió romper la tregua con el atentado de Barajas, en diciembre de 2006.

Los otros tres detenidos en Burdeos, considerados dirigentes del aparato político, son la portavoz de la banda Ainhoa Ozaeta Mendikute (33 años), Igor Suberbiola (29) y el ex parlamentario batasuno Jon Salaberría (38). Ninguno se resistió pese a estar armados. Pasaron la noche en la Comisaría antes de ser trasladados de nuevo ayer al piso, esposados, para presenciar el registro. A su llegada, tuvieron un comportamiento histérico y profirieron gritos en euskera de «Gora ETA». López Peña, a cara descubierta, aprovechó la presencia de las cámaras para lanzar una soflama.

Además de las cuatro pistolas automáticas halladas la noche anterior, la Policía encontró ayer una quinta. El material incautado incluye una pequeña cantidad de clorato para explosivos, unos mil euros, ordenadores portátiles, mucho material informático, diversos carnés falsos, abundante documentación interna de la banda, material para «doblar» matrículas de coche y placas falsificadas. Asimismo se encontraron un Ford Focus y un Peugeot 307, robados en Francia en agosto de 2006 y diciembre pasado. El Gobierno galo dijo que iban a ser preparados como coches bomba.

Según los vecinos, los etarras llevaban seis meses en el piso, vigilado desde hacía días por agentes franceses y españoles. La vivienda fue alquilada en agosto de 2007 por un simpatizante de ETA, detenido ayer en Bayona, llamado Louis «Fred» Fort, de 75 años, conocido por su antigua carrera en el rugby.

En Guipúzcoa fue el ex alcalde de Andoain José Antonio Barandiarán, que un par de días antes se había reunido con los etarras en Burdeos y cuyo seguimiento fue clave para esta operación de la Policía francesa y de la Guardia Civil, con la que ha quedado «decapitado» el aparato político de la banda. El ministro del Interior, Pérez Rubalcaba destacó que la Benemérita da importancia a su caída.

Rubalcaba aseguró ayer que López Peña es «la persona con más peso en el aparato político y militar de ETA, y añadió que los cuatro terroristas detenidos «están detrás o incluso llegaron a ordenar los últimos asesinatos», entre los que se cuentan los de los guardias civiles Juan Manuel Piñuel, Raúl Centeno y Fernando Trapero, el del militante socialista Isaías Carrasco y los de los ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.

Mientras tanto, la fiscalía de la Audiencia Nacional ya ha pedido la entrega directa con renuncia de la jurisdicción francesa de tres de los cuatro detenidos, todos excepto López Peña, que tiene una condena pendiente en el país vecino.

En cualquier caso, el ministro Rubalcaba advirtió de que las investigaciones las llevarán «preferentemente» las autoridades galas.