El Ayuntamiento tolera actividad hostelera fuera de la normativa, denuncia el PP

R. V.

Al Partido Popular de Gijón no le gustó la ordenanza municipal del ruido cuando se aprobó, en cuanto a su capacidad para reducir las molestias a los vecinos que se generan desde establecimientos hosteleros, ni le gusta ahora que ha pasado un año de su entrada en vigor, «porque se incumple a sabiendas del equipo de gobierno. Si la normativa no es buena, como así consideramos nosotros, que se cambie», sentencia el concejal Pablo González. El edil del PP considera necesario mantener abierto el debate sobre la operatividad de la nueva norma municipal y para ello ha vinculado la aplicación de la ordenanza reguladora del medio ambiente acústico con la denuncia del desarrollo de fiestas ilegales en Nochevieja en una batería de preguntas a la Alcaldesa para ser contestadas en el Pleno del Ayuntamiento del próximo viernes, el primer pleno del nuevo año.

González pide a Paz Fernández Felgueroso su interpretación sobre «la proliferación de fiestas de Nochevieja en locales que carecen de licencia municipal para ello» y exige explicaciones sobre la actuación del gobierno municipal para que se cumpla la normativa en estos casos e información sobre la responsabilidad que hubiera recaído en el Ayuntamiento en caso de que hubiese ocurrido algún siniestro en uno de estos locales. El edil popular no concretó el número de fiestas ilegales que se desarrollaron en la ciudad durante la noche de fin de año, pero aseguró que «nadie va a negar la existencia de estas fiestas. Hay miles de testimonios de quienes participaron en alguna de ellas». Y se pregunta el concejal de la oposición: «¿Qué hizo el Ayuntamiento para impedir esas fiestas ilegales, en este caso de Nochevieja, o para persuadirles de que se adaptaran a la legalidad?».

En el trasfondo de la argumentación de González están las críticas del Partido Popular a una ordenanza que, a su juicio, no ha conseguido resolver los problemas de los vecinos que sufren molestias en zonas de movida o proliferación de establecimientos hosteleros y resulta inaplicable en todo rigor a los locales, ya que «generaría cierres y pérdidas de empleos. Es una ordenanza que se hizo desde los despachos del Ayuntamiento sin conocer el sector. Ahora mismo hay muchas actividades fuera de la normativa y el Ayuntamiento lo está consintiendo». González pide a los gijoneses que sean «mucho más exigentes para pedir que se dicten normas de cumplimiento razonable y, luego, que estas normas se cumplan». El integrante del equipo municipal popular que encabeza Pilar Fernández Pardo considera que, en este ámbito, el equipo de gobierno que preside Paz Fernández Felgueroso tiene una gran responsabilidad política que en algunos casos puede llegar a ser legal también.

«La denominada ordenanza del ruido no venía a solucionar en nada los problemas, nosotros lo hemos repetido hasta la saciedad, y la realidad nos ha venido a dar la razón», indicó el concejal Pablo González que aprovechó la coyuntura para criticar que el equipo de gobierno rechazara «la mano tendida» de su grupo para poder consensuar esta ordenanza de la concejalía de Medio Ambiente en favor de una mayor operatividad para el sector de la hostelería local. «Es un debate que hay que reabrir», indicó Pablo González en el primer aniversario de la ordenanza del ruido.